La realidad del emigrante

La forma más natural para integrarse de manera armoniosa y adecuada, es haciéndose el propósito de desenvolverse en el mismo idioma. Además, esto permitirá entender con más facilidad esa sociedad, sus costumbres y comportamiento social a través del lenguaje

Al tomar la decisión de vivir en otro país, se deben asumir muchos cambios, retos y emociones, ante las obvias diferencias presentes en ese nuevo sitio, las cuales se superan poco a poco y con mucha persistencia. Desde lo que representa la simple cotidianidad, adaptarse a las costumbres, a un nuevo idioma, entre muchos desafíos más.

Sin duda, una de las diversas exigencias que el emigrante debe afrontar, es el sentimiento de duelo, relacionado con las pérdidas emocionales, en cuanto al hecho de abandonar su país de origen, un hogar, familiares, amigos, sitios habituales, una rutina de vida, lo cual es muy difícil, y forma parte del apego natural, del sentido de pertenencia. Así mismo, renunciar a las costumbres y tradiciones que identifican su nación originaria es un proceso paulatino.

Enfrentarse a muchos cambios como emigrante, requiere una verdadera adaptación, como por ejemplo, cuando toca superar la barrera del idioma, en caso de que el país al cual se emigra se maneje uno distinto. En términos generales, esto puede superarse teniendo la firme intención de aprenderlo y entenderlo, lo cual demuestra disposición y apertura a lo nuevo. 

La forma más natural para integrarse de manera armoniosa y adecuada, es haciéndose el propósito de desenvolverse en el mismo idioma. Además, esto permitirá entender con más facilidad esa sociedad, sus costumbres y comportamiento social a través del lenguaje. Por otro lado, entre mejor se maneje existen mayores posibilidades de éxito, por eso es importante dominarlo.

Otro aspecto aunque se manifiesta en distintos grados, a veces de manera abierta o de forma implícita en el ambiente, como una barrera importante, es la discriminación. Existen muchos estereotipos que generan etiquetas hacia algunos  grupos de emigrantes y que cuando son negativos, pueden propiciar ciertas actitudes desfavorables o predisposición. Muchas veces, la multiculturalidad podría ayudar a aliviar estas diferencias.

A pesar de que los aspectos negativos y esfuerzos que pueda representar emigrar son significativos, cuando se analiza profundamente y se coloca en una balanza, todo lo que se ha ganado a favor, tratando de observar con optimismo esos retos, se puede concluir que, el nuevo hogar podría resultar mejor que la vida que se dejó atrás, pues significa una nueva oportunidad para recomenzar, lo cual debe recargar las energías con esperanza y motivación. 

 

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