Génesis Rodríguez: un oro forjado en lágrimas

(Foto: Archivo)u00a0

La revancha de Génesis Rodríguez no termina en Lima. Su reivindicación continuará el próximo mes en el Mundial de Tailandia y, sobre todo, con la búsqueda de una clasificación para los Juegos Olímpicos de Tokio 2020

Cuando la pesista venezolana Génesis Rodríguez levantó este domingo 116 kilos para ganar la medalla de oro en los Juegos Panamericanos, en realidad estaba levantando un peso mucho mayor. Eran toneladas de frustración que había acumulado durante los últimos años.

Todo ese tonelaje se lo quitó de encima para bañarse en lágrimas de emoción y sobre todo en oro, ese que hace cuatro años se le escapó en los Panamericanos de Toronto 2015 únicamente porque pesaba un poco más que la primera clasificada.

Con sus gritos al dejar caer las pesas soltó toda la rabia y saña que había almacenado en su pequeño cuerpo de 1,58 metros de altura, especialmente con la suspensión de dos años por dopaje que le dejó sin poder competir en los Juegos Olímpicos de Río 2016.

“En esos dos años se me pasaron miles y miles de cosas por la mente. Incluso quería retirarme y no volver más a las pesas. No quería saber nada, pero mi familia y toda esa Venezuela que me apoya me motivaba y me animaba a seguir”, recordó este domingo preguntada por la Agencia Efe.

“En ese tiempo no entendía por qué tantos obstáculos. Fueron momentos muy difíciles en mi carrera, en los que lloré muchísimo, pero tras cada obstáculo que Dios te coloca siempre te da una recompensa”, agregó.

En total levantó 212 kilos y batió el récord panamericano de arranque que ella misma tenía desde mayo al alzar 96 kilos, lo que luego redondeó con el levantamiento de 116 kilos en dos tiempos, que igualaron el récord panamericano de la ecuatoriana Alexandra Escobar.

Reluciente con su medalla de oro en el pecho, Rodríguez se enorgulleció al haber podido cambiar esos llantos por lágrimas de alegría, “por fin”.

“Aquí lloré no de sufrimiento, sino de alegría y por tener por fin esta medalla de oro que tanto soñé y anhelé. Dios me ha colocado aquí triunfadora y vencedora después de todos los obstáculos”, valoró Rodríguez, nacida en San Juan de Los Cayos.

“No encuentro palabras ni expresiones con esta medalla, después de que en Toronto me la arrebataron casi de mis manos. Allí perdí por peso corporal y aquí Dios me ha premiado con esta gran medalla. Me he bañado en oro a pesar de los miles obstáculos que Dios me ha colocado, pero no hay nada que Génesis no pueda vencer”, añadió.

La pesista dedicó la presea a su familia, a su entrenador Carlos Pinto, “que estuvo en las buenas y en las malas”, y al Gobierno venezolano por el apoyo recibido “a pesar de las difíciles circunstancias”, y sobre todo a los miles de compatriotas que han emigrado de su país por la crisis.

“Sé que están llorando de emoción y felicidad por esta medalla, la primera de mi país en estos Juegos”, señaló Rodríguez, que durante la competencia tuvo el apoyo de sus compatriotas residentes en Lima.

“No importa el obstáculo que Dios nos coloque, lo que importa es vencer y darse cada uno nuestro valor. Afrontar con experiencia, motivación, y siempre dejar nuestro país en alto a pesar de todo lo que está pasando. Aquí estamos dando la cara por Venezuela”, continuó.

Con esa actitud Rodríguez llegó a Lima dispuesta a llevar el oro, pero no lo tuvo fácil, pues la juvenil colombiana Yenny Sinisterra, de solo 19 años, le hizo esforzarse hasta el final.

“Esta competencia fue guerreada, le puse corazón y alma. No es fácil estar en unos Juegos Panamericanos. Hay que entrenar durísimo y estar lejos de la familia y tus seres queridos. A veces te toca llorar sola”, apuntó.

La revancha de Génesis Rodríguez no termina en Lima. Su reivindicación continuará el próximo mes en el Mundial de Tailandia y, sobre todo, con la búsqueda de una clasificación para los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. “Si Dios me pone en el camino de Tokio, allí estará Génesis”, concluyó la pesista.

 

Visited 2 times, 1 visit(s) today