Silencio
En un mismo día, el 13 de octubre de 2016, se detectaron tres casos sospechosos de difteria dentro del Hospital Dr. Santos Aníbal Dominnicci, ubicado en Carúpano estado Sucre. El primero fue una joven de 23 años de edad que presento síntomas parecidos a los de la anomalía y sostuvo contacto con un familiar que reside en Bolívar.
Según fuentes, “solo le estaban suministraban antibióticos ya que no habían antitoxinas y no podían hacerle los análisis correspondientes al no contar con medios de cultivos para llevarlos a cabo”. Extraoficialmente se conoció de otro caso y el fallecimiento de un adolescente de 14 años el 6 de octubre en la misma entidad.
La Red Defendamos la Epidemiología explicó, en una de sus alertas, que entre el 21 y el 27 noviembre de 2016 se confirmó un caso mortal por la enfermedad en el estado Apure. Tras “aterrorizar” a la población del oriente del país, la difteria tomó otra dimensión cuando su diseminación alcanzó el segundo estado con mayor población de Venezuela y uno de los más concurridos en todo el territorio: Miranda.
El 28 de noviembre las alarmas se encendieron al salir a la luz pública, la existencia de un posible brote de la enfermedad. La confirmación del Instituto Nacional de Higiene, según informaciones extraoficiales, declaró un caso en los Valles del Tuy.
El director del Hospital General de los Valles del Tuy Simón Bolívar, detalló el 6 de diciembre que “desde septiembre a la fecha se presentaron tres casos positivos de difteria, una dama que falleció y dos niños. Todos habitantes del sector Sucuta de la parroquia Ocumare del Tuy”.
Muerte en la capital
José Manuel Olivares, diputado de la Asamblea Nacional, denunció el 19 de octubre de 2016, la existencia de un caso sospechoso de difteria en el Hospital Militar de Caracas. El 23 de noviembre, aseguraría que una mujer de 32 años de edad se encontraba recluida en el hospital Domingo Luciani con los síntomas y tenía como antecedentes el contacto con un hermano que vive en Bolívar.
La dama, quien vivía en Petare y trabajaba en el Mercado de Coche, se convertía “en el primer caso autóctono en Caracas”. Olivares señaló el 30 de noviembre que la difteria cobraba su primera víctima en Caracas, cuando médicos del hospital confirmaron a las 5.15 de la mañana el deceso de la paciente que permanecía recluida en ese centro médico desde hacía una semana. Se pudo conocer que su hijo pequeño también dio positivo a la enfermedad, pero respondía favorablemente al tratamiento.
El nulo acceso a la información y la carencia de datos verificados y verificables, enturbian el escenario de la epidemia y se desconoce a ciencia cierta la dimensión que alcanzó. De acuerdo a la octava alerta sobre difteria, publicada el 23 de abril de este año por la Sociedad Venezolana de Salud Pública y la Red Defendamos la Epidemiología Nacional, además de los estados antes citados, entre enero y marzo la enfermedad se extendió a Barinas, Amazonas, Aragua, Carabobo, Cojedes, Delta Amacuro, Táchira, Mérida, Guárico, Portuguesa y Vargas, lo que hacía que estuviese presente en el sur, este, norte, centro y oeste del país.
Secreto de Estado
En Táchira, los epidemiólogos señalaron extraoficialmente, el 21 de marzo de 2017, que conocían de casos en el estado sobre los que se guardaba estricta censura y no se pudo conocer mayores detalles. El 26 de junio, las autoridades médicas de la región descartaban la difteria como la causa de muerte de dos personas.
En Mérida, a través de una nota de prensa con fecha del 31 de marzo, las autoridades del Hospital Universitario de los Andes, confirmaron la existencia de un caso sospechoso de difteria y negó un brote de la enfermedad. El paciente fue trasladado desde el Hospital de El Vigía y de acuerdo a las informaciones de medios digitales, fuentes ligadas al hospital aseguraron que no era el primer caso de la enfermedad que se presenta en el centro asistencial y refirieron que el sábado 25 de ese mes, murió una niña tras el contagio. La pequeña habría sido referida desde El Vigía y guardaría relación con el otro paciente. El fallecimiento no fue confirmado.
En la alerta publicada por los epidemiólogos, resalta que el 21 de marzo de 2017, se confirmó la muerte de una adolescente de 13 años, que residía en un asentamiento rural del estado cerca del municipio Zea.
Epidemia en Zulia
Tras recorrer 19 estados y diseminarse por 76 por ciento del territorio nacional, la epidemia reapareció en la capital zuliana tras 25 años de ausencia, cuando el 8 de junio ingreso al Hospital Universitario de Maracaibo, una paciente de 18 años proveniente de una guarnición militar en Casigua el Cubo.
La dama ingresó a las 10.30 de la noche y aunque fue el primer caso confirmado en la región por las autoridades, extraoficialmente se conoció que la cifra aumentó hasta 17, además de otros cuatro que permanecían el Hospital General del Sur. Las autoridades regionales mantienen un silencio casi absoluto sobre la enfermedad y desde que se reportó hasta el momento, señalaron que “cuatro pacientes bajo sospecha eran atendidos en el HUM” y “esperaban una posible confirmación de Caracas”, además de que “no tienen nada que ocultar”.
Trujillo no se “salvaría” y el 15 de junio, la tapa de los periódicos resaltó la muerte de dos pequeños de nueve y 12 años por difteria, quienes fueron trasladados a la emergencia del Hospital Central de Valera Pedro Emilio Carrillo. La niña, de 9 años, residía en Santa Apolonia y falleció a las 11.00 de la mañana del martes 13 de junio, mientras que el niño de 12 años, vivía en el sector La Pereza, y murió el miércoles 14, a las 7.20 de la mañana. Otros dos casos de infantes con difteria en la región fueron reportados en los últimos días.
Dudosa calidad
Existen “dudas acerca de la efectividad del producto biológico utilizado en Venezuela, al desconocer si se cumple la cadena de frío y preservación, al igual que en mucho de los casos no se sabe si las vacunas que se distribuyen se encuentra certificadas por la Organización Mundial de la Salud”, según expertos en epidemiología. José Félix Oletta, exministro de Sanidad, hoy Ministerio de Salud, recalca que el escenario no es “alentador” y el país continuará “vulnerable” hasta que no se cumpla la meta de vacunación.