Mientras
La implantación del comunismo continúa como fue planificada por Chávez. La producción petrolera cada día más baja. Una quinta parte de la cual va a la China para servir deudas y otra se vende con subsidio a 17 países del Caribe, incluyendo a Cuba a un costo tremendo para el país. Actualmente se da la paradoja que Venezuela se ha tornado más pobre que varios de los países receptores de su caridad.
El motivo de fomentar la pobreza lo explicó Fidel en pocas palabras cuando le expresó a Giordani y a Lameda que para mantener a Cuba por ejemplo, se necesitaban solamente unos cuatro mil millones de dólares al año. “Más de eso estorba, la gente empieza a vivir bien y se acaba el discurso de la pobreza”. Esa es la razón de la ruina sistemática y planificada de Venezuela.
Lo que nunca calcularon fue la aparatosa caída de los precios del petróleo, que representa el 94 por ciento de los ingresos que recibe el país y que permitía comprar votos mediante el reparto populista en forma de misiones, entrega de viviendas y CLAP. Como consecuencia, la balanza de pagos y las reservas internacionales cayeron a su ínfimo nivel (el más bajo en 17 años) y solo pueden recuperarse mediante el aumento de la producción que fue destruida por la saña comunista.
Ahora tratan de emendar ese fatal error con el show publicitario de los 14 motores de la economía que nunca han arrancado, el relanzamiento del conuco en el campo y la agricultura urbana en las ciudades. Se proponen reducir a la mitad el horario de la administración pública y de los colegios para sacarlos a cultivar al campo, cuando todo el mundo sabe que a la agricultura no le falta mano de obra, lo que le falta es rentabilidad. Los precios simplemente no cubren los costos.
El otro motor, el Arco Minero del Orinoco, además de atentar contra el ecosistema, la biodiversidad y las etnias, se convertirá en otro foco de corrupción. Mientras tanto el comunismo sigue su marcha con la implementación de la venta forzosa mediante la cual, las empresas son obligadas a vender hasta la mitad de sus productos a los CLAP. Este hombre no quiere cambiar ni rectificar, e insiste en llevarnos al fracaso. La salida es salir de Maduro. Que oiga quien tiene oídos…