La tercera edad carga el desprecio de los CLAP 

Los ancianos denuncuan que pasan hambre y los CLAP no terminan de llegar a sus hogares. (Foto: Archivo)

Levantan censos a los hogares, prometen bolsas y no llegan a las familias del oeste de Maracaibo. Hambre y humillación convergen en las colas de supermercados ante la espera de cobertura de distribución de los CLAP

Hay barrios del oeste de Maracaibo donde aún no llegan las bolsas de los CLAP. Además de los niños, las personas de la tercera edad son las más afectadas por la acelerada en precios de los alimentos y la desaparición de los rubros subsidiados por el Estado venezolano. La barrida de Mercal y PDVAL de las zonas populares no tiene sustituto a los Comités Locales de Abastecimiento y Producción.

Gertrudis Rodríguez, vecina de El Marite, critica que a sus 79 años todavía debe salir a buscar comida “donde haya porque nos estamos muriendo de hambre”. Desde un supermercado recuerda que al barrio La Modelo, cerca de la calle 110, se analizaron las condiciones de los hogares para la distribución de productos para ser favorecidos, pero a meses del censo no hay respuesta del beneficio.

“Yo no tengo miedo, ganas tenía de hablar para desahogarme de esta humillación. Estamos pasando más hambre que un retrato. Los CLAP pasaron por casa, recogieron firmas, pero nada. Ni bolsas llenas ni vacías”, lamenta. 

Rodríguez reprocha que para conseguir alimentos sea un drama. Cita el ejemplo de la harina de maíz. La importada de Colombia pasa los dos mil bolívares y del kilo regulado a 190 bolívares no se ve en los supermercados. Pagar más caros los productos no está dentro de sus posibilidades al recordar el ingreso que recibe por pensión del Seguro Social. 

De acuerdo a la Ley de Pensiones y Jubilaciones los beneficiarios perciben un equivalente similar al monto del salario mínimo nacional vigente. A partir del 1 de noviembre, el Gobierno decretó un cuarto aumento salarial, en Gaceta se publicó que el ingreso mensual será de 27 mil 92 bolívares.

“Esas son cuatro lochas que nos dan en el Seguro Social. ¿De qué nos sirven? De nada. Eso es una limosna. Es humillante”, recrimina la septuagenaria al sumar los precios de los alimentos y compararlo con el aumento del salario. La harina de maíz resalta por ser el rubro más consumido por los venezolanos. 

Días previos al anuncio oficial de incremento salarial de 20 por ciento, el kilo de harina precocida de maíz mezcla de arroz -la alternativa ante la escasez de la regulada- pasó de costar 290 a 975 bolívares, más de 200 por ciento de aumento.

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