La vigilancia y la comunidad

El vigilante no debe contratarse para pasear las mascotas, llevar las bolsas del mercado, lavar vehículos, ni desarrollar en general cualquier otra actividad que lo distraiga de sus funciones de seguridad

 

En Venezuela como en otras partes del mundo, la vigilancia privada cumple funciones eminentemente preventivas. Toda comunidad que sea objeto de su servicio, debe formar parte activa del mismo.

El vigilante privado es un elemento casi omnipresente en todas las industrias, comercios y residencias de Venezuela. Apreciado por muchos, irrespetado por otros e incomprendido por la mayoría, en algunas oportunidades cumple sus funciones sin el apoyo y la colaboración de quienes son sus clientes directos.

Y es que el servicio de vigilancia privada, no puede ser eficiente y en muchos casos eficaz, si no cuenta con la participación activa de sus clientes. No obstante, hay quienes esperan que la vigilancia asuma de facto, todos los aspectos de la seguridad de las instalaciones. Para evitar situaciones desagradables tanto para el contratante como para la contratista, comparto con ustedes las siguientes recomendaciones:

Al momento de seleccionar una empresa de vigilancia, verifique en primera instancia que cumple con todos los requisitos legalmente establecidos por el Estado venezolano: Ministerio del PP para Relaciones Interiores, Justicia y Paz  así como el Ministerio del PP para la Defensa. El contratante es solidario legalmente con el contratista en muchos aspectos, así que la empresa debe estar al día en los requerimientos que siendo de carácter laboral son exigidos por diversos organismos: Inces, IVSS, Inpsasel, Ministerio del PP para el Proceso Social del Trabajo, el Conapdis entre otros. Habla bien de una contratista que mantiene pólizas de seguros con coberturas de vida, gastos funerarios, HCM, responsabilidad empresarial y otras que permitan cierta tranquilidad ante eventos no deseados. Verifique en general que no se trata de una empresa de maletín o que existe solamente en una página web y una papelería colorida.

El vigilante como todo recurso humano exige de un ambiente de trabajo sano y seguro. Debe disponer de un espacio cerrado que lo proteja de ataques de terceros (la mayoría de las veces una garita), con suficiente ventilación e iluminación interior y exterior. Es indispensable la disponibilidad permanente de agua para su consumo, mobiliario cómodo con facilidades para consumir alimentos y servicios sanitarios funcionales. La comunicación es parte fundamental, por lo que se necesita de uno o varios medios que de forma confiable le permitan comunicarse con la contratista, organismos de seguridad o emergencias y con su persona contacto en la instalación en la que está asignado. 

El vigilante no debe contratarse para pasear las mascotas, llevar las bolsas del mercado, lavar vehículos, ni desarrollar en general cualquier otra actividad que lo distraiga de sus funciones de seguridad. En el contrato de servicios debe incluirse el alcance, las responsabilidades y tareas a desarrollar. Una vez definidas deben hacerse de conocimiento del personal objeto del servicio y de todos y los vigilantes.

Recuerde que en muchos casos, el vigilante privado es la primera persona que recibe al visitante de las instalaciones. Debe constatar que su uniforme y equipamiento siempre sean impecables.

Un trabajador bien motivado en todos los aspectos, eleva las posibilidades de desarrollar sus actividades con el nivel de calidad que usted desea. Hágalo sentir parte de la comunidad. Involúcrese en su propia seguridad siendo parte activa de la misma.

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