
De
Doscientos veintiséis días. Eso fue lo que tardó la selección venezolana de fútbol en conseguir una victoria. De local, con superioridad numérica y con un gol infantil del arquero rival, la Vinotinto venció 1-0 el pasado el pasado martes al combinado nacional de Costa Rica.
“Se sabía la importancia que era sumar, debido a la crisis que tenemos. Creo que a la hora de las expulsiones, nos desesperamos por querer dar más y no pudimos lograr que las pelotas llegaran por los costados para provocar el uno contra uno”, fueron las palabras del seleccionador Noel Sanvicente, tras finalizar el compromiso.
A pesar de que los protagonistas no eran los de siempre porque al ser fecha Fifa, “Chita” convocó a jugadores del patio, el libreto fue el mismo que se vio en 2015. Con las excepciones de individualidades de Luis “Cariaco” González y Yeferson Soteldo, el equipo estuvo sin ideas de qué hacer en los últimos tres cuartos de cancha y los muchachos parecen no entender lo que quiere su técnico, o quizá este no transmite correctamente el mensaje.
Los números no mienten: apenas un gol por juego es lo que anota el conjunto patrio desde que llegó Sanvicente en 2014. Ganó cinco veces, empató una y perdió en 12 ocasiones. Aunque lo que más preocupa es que en 18 juegos, encajaron 37 goles. La defensa no fue una falencia que se viera este martes, probablemente debido a que los “ticos”, al jugar con dos menos por las expulsiones de Johan Venegas y David Ramírez, propusieron poco y nada en el ataque.
Si se toma en cuenta a los predecesores de Sanvicente, en sus primeros 18 careos, la Vinotinto de César Farías anotó más goles y recibió muchos menos que la actual (21/26) y consiguió el 44 % de los puntos disputados, los mismos que tuvo la tropa cuando la dirigía Ríchard Páez, que encajó aún menos goles, pero no marcaba tanto (19/26).