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La constituyente comunal (comuna significa en el idioma ruso “soviet” y de allí que a Rusia se le conoció como Unión de las Repúblicas Socialistas Soviéticas), es un calco de la Constitución cubano-castrista. De ser esta aprobada, todo empeoraría y la pobreza se agudizaría al doble o el triple. Se perderían definitivamente todos los derechos individuales, la paz social y la propiedad privada. Se agudizaría la libreta de racionamiento para alimentar al pueblo y quedarían por siempre eliminados los partidos políticos de la oposición y las elecciones universales, pluralistas y secretas. En pocas palabras, sería la muerte definitiva de la República y del legado más importante que dejara Hugo Chávez Frías, como lo es la Carta Magna venezolana de 1999.
Según las más serias encuestas nacionales, el proyecto madurista de la constituyente comunal tiene un rechazo del 90 % de la población y lo que es más importante, del 80 % de los chavistas, propiamente dichos.
La consulta tiene por objeto dejar clara evidencia ante el mundo entero, que el Gobierno miente al decir que es mayoría y que todos en Venezuela desean de corazón que no sea aprobado tal adefesio castrista. Cuando el mundo entero vea que más de 10, 12 o 14 millones de personas firmen diciendo que están en total desacuerdo con la constituyente comunal y que desean un gobierno de unidad nacional que traiga paz, prosperidad y recupere el sistema democrático perdido, tal evidencia servirá de fundamento indiscutible para que la ONU, la OEA, Mercosur y otros organismos internacionales presionen, obligando a Maduro a retirar su mal intencionado proyecto de crear el Estado comunal que no está citado en ninguna parte de la Constitución de 1999.
El artículo 71 de nuestra Carta Magna dice textualmente: “Las materias de especial trascendencia nacional podrán ser sometidas a referendo consultivo por iniciativa del Presidente de la República en Consejo de Ministros; por acuerdo de la Asamblea Nacional, aprobado por el voto de la mayoría de sus integrantes; o a solicitud de un número no menor del 10 por ciento de los electores inscritos en el Registro Civil y Electoral…” (El subrayado es del que esto escribe). A buen entendedor, pocas palabras. A salir el domingo 16 de julio, todo el mundo sin excepción ni excusas y miedo a firmar el rechazo a la constituyente de Maduro. Se trata de una fecha histórica de gran trascendencia en la lucha libertaria para ganar nuestra segunda independencia y librarnos de la nefasta y miserable tiranía y sumisión a los hermanos Castro en Cuba.