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Se volvieron una plaga. Esperan a los autobuses en las esquinas de Maracaibo, corren detrás de las unidades y se guindan de las puertas. Apenas se montan, empiezan sus discursos. Algunos dicen que salieron recientemente de la cárcel, otros que más vale una colaboración a la buena y no un atraco con susto, y los últimos no pierden la maña, sacan sus pistolas y apuntan a los pasajeros para intimidar.
Reibelt Joaquín Díaz Urdaneta (26) y Jean Carlos Chinchilla Rada (19) se encuentra entre el último grupo de las bandas que azota al transporte público. Ayer, se embarcaron en un bus de Ruta 6, asaltaron a todos los pasajeros y se bajaron en la avenida 3C con calle 75 del sector La Lago para escapar.
Una patrulla de Polimaracaibo los avistó, estos corrieron hasta el callejón Guarare e ingresaron a la casa 75A-3C por la parte de atrás. En la vivienda se encontraban dos hermanas, una de 15 y otra de nueve años. Al ver a los maleantes corrieron, pero Díaz tomó a una de ellas por el brazo, en medio del forcejeo, la pequeña se soltó.
En la puerta principal de la vivienda, un policía las resguardó en la casa de una vecina. Mientras le avisaban a los padres, quienes son maestros de un colegio a pocos metros del lugar.
El resto de los uniformados ingresó a la casa y precisó al par de delincuentes en uno de los cuartos. Con una escopeta y un revólver, los maleantes le dispararon a la comisión. Se originó un tiroteo. En unos minutos, hirieron a Díaz y a Chinchilla. A cada uno los agarraron los oficiales y los montaron a dos patrullas. Los trasladaron desde La Lago hasta el Hospital Central, donde ingresaron sin vida.
Rutas de la muerte
Las víctimas denuncian que la respuesta policial es tardía. Los atracadores burlan los puntos de control en Tribunales y frente al terminal. Las patrullas pasan frente a los grupos en las paradas de autobuses y no los revisan. “En las cajas y los bolsos llevan las armas”, denunció Erasmo Alián, presidente de la Central Única de Transporte.
En las zonas críticas se reportan al menos 60 robos en ocho horas. No hay ruta segura, declaró el sindicalista. La Polar, Carabobo, Silencio, La Concepción-Maracaibo, Ruta 2, Los Robles, 5 de Julio-San Martín, Raúl Leoni, Ruta 6, Uni 6, La Limpia. “Todas son vulnerables y a todas horas”.
Los conductores estiman que con un trabajo de inteligencia pueden desmantelar las bandas. Los maleantes demarcaron sus zonas y se repartieron los municipios. Del Sambil a Bomba Caribe actúa un grupo, en Ziruma-Hospital Universitario otro, Delicias con 5 de Julio, en la Circunvalación 1 al puente Pomona y General del Sur, terminal o Las Playitas hasta La Arreaga, de Galerías hasta La Curva, 5 de Julio-El Milagro, el Kilómetro 4 hasta la vía a Perijá, El Turf hasta San Miguel, Sambil-Barrio Motocross.
Proliferación
Alián recordó que la modalidad de robos exprés en autobuses se inició hace una década en la avenida Libertador, en el casco central de Maracaibo. En los últimos meses, los delincuentes emigraron a las paradas y las esquinas. Unos se montan como charleros, ven a los pasajeros y los “pichan” a sus asaltantes. Otros van directo al grano y roban a todos.
“Las damas pueden colaborar con lo que quieran, los caballeros celulares y carteras en mano”, recordó Gabriela al llegar a su trabajo. Aún temblaba, por primera vez la asaltaban.
“Tomé la actitud de la señora que estaba sentada frente a mí. Les entregué los 60 bolívares del pasaje y les dije que no tenía más”.
Unas 48 horas después, la trabajadora revivió su miedo. En esta oportunidad, no esperó el discurso. “Le vi el arma debajo del suéter y me bajé”.
Promesa
Héctor Otalora, subdirector de Polimaracaibo, aseguró que tienen un nuevo proyecto de seguridad para bajar los índices de robos en las unidades colectivas. Reciben constantes denuncias de robo de los presidentes de las rutas de buses y carritos por puesto.
“Tenemos el proyecto para proteger a los conductores y a los usuarios del transporte público de todas las rutas y acabar con este flagelo que los viene azotando”.