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Indignación. Eso es lo que reina en la comunidad israelí de Maracaibo por los “actos vandálicos” que sujetos desconocidos han llevado a cabo en el panteón de la sociedad israelita de Maracaibo. Los restos que ahí reposan desde 1944 hoy suman más de 300 cuerpos, de los cuales al menos tres tumbas son ultrajadas a diario. El panteón está ubicado en el cementerio Corazón de Jesús, en la avenida La Limpia. A diario, son más de 800 mil bolívares en mármol y granito que salen por la puerta principal del mismo, a plena luz del día y sin que ninguna autoridad ponga mano dura.
“Normalmente lo usan para ponerle tope de granito en las cocinas, baños y otras partes. Lo hacen de acuerdo con las marmolerías, porque nadie va a poner una lápida rayada. Ellos la pulen la colocan al revés”. Es la denuncia, lo que presume un visitante del camposanto que pidió anonimato por temor a represalias.
Los dolientes del panteón denunciaron que después del medio día el cementerio queda completamente solo. Es la ocasión que aprovechan “huele pega, malandros y ladrones de oficio” para robarse las lápidas de mármol o el granito que cubre las tumbas. Esta situación mantiene impotentes desde hace seis años a los familiares israelitas, que aunque le han pedido ayuda a la Gobernación del estado, denuncian que “hacen caso omiso a las fechorías que aquí pasan”, resaltó un familiar que prefirió no ser identificado.
Refuerzo
Concreto y cabillas prensadas en las tumbas más nuevas de la comunidad ha evitado la profanación. “Para evitar que los paleros y los santeros hagan brujería con nuestra gente”. Según informó la fuente, hasta la fecha se contabilizan 168 tumbas profanadas en el cementerio. “Se han llevado sus esqueletos para hacer sus brujerías o para vendérsela a los estudiantes de medicina de LUZ”. Aunque hasta ahora el panteón “se ha salvado” de estas prácticas, la posibilidad existe, así como el temor.
Los trabajos completos para recubrir una tumba de mármol sobrepasan el millón de bolívares. Eso, sin embargo, no es lo que importa para la fuente cuando las tumbas sufren estos “ataques”. El valor económico queda de lado. “Nadie quiere ver la tumba de sus padres, hermanos o hijos destrozada, alguien tiene que poner mano dura, esto es inconcebible”.
Robos a granel
La vigilancia en el camposanto es nula. Los familiares de personas sepultadas en otras parcelas denunciaron que han sido atracados por “malandros que se meten y se esconden en el monte. Nunca he visto vigilancia aquí en el cementerio. Esto siempre está solo, íngrimo y abandonado”.
Uno de los hombres que entierra a los difuntos le contó a La Verdad que los robos se intensifican después de las 3.00 de la tarde. “La semana pasada se metieron y se llevaron todas las unidades de las cavas refrigeradoras de las floristerías del cementerio”. Sandra Urbina, una de las afectadas por este hecho dijo que al menos 10 locales quedaron “en la bancarrota”. Añadió que las dueñas de los negocios ahora no tienen cómo refrigerar las flores. “Las pérdidas son muy grandes. No sabemos qué vamos a hacer”.
Atados de manos
Rino Montiel, director de Servicios Públicos de la Alcaldía de Maracaibo, informó que aunque desde su despacho están trabajando para el rescate del camposanto, el problema de seguridad es “complejo”. Explicó que este punto no está dentro de su “círculo de influencia”, por la intervención de la Policía municipal. “Estamos limitados a coordinar reuniones con los cuerpos de seguridad del Estado”.
Destacó que influye mucho que no exista un grupo de policías permanentes en el cementerio. “El llamado es a los cuerpos de seguridad que están bajo la responsabilidad del Gobierno nacional para que tomen cartas en el asunto”.