Lanzan cadáveres en San Francisco

Sandra Pu00e9rez reconociu00f3 el cadu00e1ver de su hijo. Admitiu00f3 que andaba en malos pasos. (Fotos: Josu00e9 Nava)

Las víctimas tenían heridas de arma de fuego. Se presume que estén vinculados con los robos y hurtos. La comunidad denunció que Polisur no patrulla en los barrios

En seis horas reportaron dos homicidios en dos barriadas del municipios San Francisco. A las víctimas las encontraron en terrenos enmontados que colindan con La Cañada de Urdaneta y Maracaibo. 

El terror se apoderó ayer de los vecinos del barrio San Benito al escuchar unos tiros. Ninguno se atrevió a salir de sus casas hasta las 6.00 de la mañana, unos listos para salir a trabajar y otros con la incertidumbre de saber a quién habían matado en la madrugada. 

Entre la basura hallaron el cadáver de Omar Enrique Pérez Pérez, de 16 años. Estaba boca arriba y con heridas de arma de fuego en una trilla perteneciente a los terrenos de Mercasur.  

Una desconocida, de unos 16 años, se acercó a los policías y se identificó como hermana del adolescente. La apartaron del cadáver para interrogarla. El llanto de unas mujeres alejaron a los funcionarios de la muchacha. Ellas también reclamaban a la víctima.

Sandra Pérez, madre de Omar, comentó a la prensa que ya en otras oportunidades había ido a buscar al muchacho en El Chorro, un sector cercano donde se esconden los azotes de la barriada. “Andaba en malos pasos”. 

Desconocían cómo o con quién llegaron. Quisieron interrogar a la jovencita que reclamaba su cuerpo, pero al buscarla había desaparecido.

Sin identificar

A las 11.00 de la mañana reportaron el segundo hallazgo. La víctima, un hombre de tez morena, rasgos indígenas y de unos 48 años, yacía en una zona enmontada del sector El Saque, perteneciente al municipio San Francisco y colindante con La Cañada de Urdaneta.

A la Policía le informó un vecino que el cadáver lo lanzaron desde un carro a eso de las 8.00 de la mañana. Se acercaron, pero ninguno en la comunidad lo reconoció.

Al desconocido le dispararon con una escopeta. Le perforaron la parte trasera de la cabeza con el proyectil.  Se desangró boca abajo, con sus manos frente a la cara. Se podía observar por su ropa que había salido de su casa, tenía puesto un short rojo y una franela amarilla. Una de las cotizas viejas que cargaba quedó cerca del cuerpo. 

La Policía investiga los crímenes como ajuste de cuentas y venganza. Esperan identificar a la segunda víctima para confirmar si tenía antecedentes o no.

Azotados

Las comunidades denunciaron que Polisur se niega a patrullar las barriadas. Solo se acercan cuando localizan algún cadáver. 

Para los vecinos encontrar muertos “no es novedad”.  Lo relevante ocurre cuando llaman a las comandancias por algún tiroteo o un robo y los funcionarios llegan al sector.

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