Los vecinos que viven cerca de supermercados salen de sus casas bien temprano, se ordenan en fila y esperan a que abran las puertas de los comercios para comprar productos regulados de la cesta básica. Pero diferentes conatos entre la Guardia nacional y empleados de dos comercios subieron los ánimos y obligaron a los militares a repelerlos con perdigones. Los usuarios denuncian irregularidades
Los vecinos que viven cerca de supermercados salen de sus casas bien temprano, se ordenan en fila y esperan a que abran las puertas de los comercios para comprar productos regulados de la cesta básica. Pero diferentes conatos entre la Guardia nacional y empleados de dos comercios subieron los ánimos y obligaron a los militares a repelerlos con perdigones. Los usuarios denuncian irregularidades.
En el sector Haticos, parroquia Cristo de Aranza, a las 9.00 de la mañana ya estaban los vecinos aglomerados. A las 6.00 de la tarde, cuando el sol, los empujones y la "desesperación" causa efectos en los presentes se salieron de control. Anaís Báez contó que su hermana Jenifer, con cuatro meses de embarazo, la tenían los guardias presa, cuando se la llevaban la golpearon.
"Ellos llegaron, nos empujaron con los escudos y dispararon perdigones". Al parecer los usuarios se molestaron luego que "Mariyuli", gerente del mercado, les ordenara que "para poder comprar una sardina teníamos que sacar cinco productos más". Cada lata a 447,14 bolívares. No se quejaban del costo sino de la decisión arbitraria, algunos contaron que comenzaron a vender normal, luego pedían tres productos y finalizaron con cinco.
Denunciaron que la "Mariyuli" llamó a los militares para dispersar a los compradores y cerrar el establecimiento. Afuera, los vecinos pedían que liberaran a la detenida. Los militares indicaron que se irían hasta otro establecimiento con disturbios. Al retirarse, los vecinos les lanzaron objetos y estos dispararon una bomba lacrimógena y se fueron.
Minutos más tarde, la misma cuadrilla llegó a la calle 67A en el barrio Los Olivos de la parroquia Caracciolo Parra Pérez. La situación era similar. Los vecinos salieron a las 9.00 de la mañana para hacer sus compras. Al mediodía cortaron el servicio eléctrico en la zona y regresó tres horas más tarde. "A las 4.00 cuando llegó la electricidad dejaron pasar puros familiares de ellos", contó una compradora.
Al parecer, una embarazada se molestó, reclamó a los militares y policías que custodiaban el lugar. La discusión llegó a golpes entre la mujer y una vendedora del supermercado. Los funcionarios separaron a ambas y las retuvieron en el interior. Por ese motivo cerraron las puertas a los usuarios.
A las 6.00 de la tarde llegó la misma cuadrilla para controlar la situación. Los vecinos contaron a la prensa que los policías controlan las colas. "Pasan solo a sus familiares", al igual que los dueños de un consultorio estético, una peluquería y Mirle Fuenmayor, gerente del mercado apodado "Cucaracha".
"Esa señora controla quién entra y sale". Los vecinos están cansados que los policías vendan puestos y dejen ingresar a sus allegados delante de la mirada de los que esperaron desde la mañana para comprar. Al tratar de retirarse los motorizados, la comunidad se quisieron acercar ofendiendo a los GN. Se vieron obligados en hacer un disparo al aire para alejarlos.
En el lugar un GN que cuidaba el supermercado trató de mediar con La Verdad para ingresar al periodista y verificar que la mujer detenida no había sido golpeada ni maltratada, pero su superior lo regañó por hablar con la prensa.
Versión policial
El teniente Mora, a cargo de los motorizados de la Guardia nacional, explicó que el grupo es denominado Grupo de Choque. "Nosotros llegamos cuando ya todo está fuera de orden". Explicó que en ambos comercios actuaron apegados a la ley, eran 30 funcionarios uniformados con chalecos y protectores especiales. Al llegar a Haticos despejamos la zona y los mantuvimos de lejos, los siete custodios del establecimiento no pudieron controlar la situación y los llamaron.
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