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Las chirrincheras invaden el parque automotor del municipio Cabimas y Lagunillas. Pese a su ilegalidad, en los últimos meses son una solución al caos que representa el servicio de transporte público, ante la falta de carros como consecuencia de la escasez de repuestos, cauchos y baterías. Son inseguras, pero para los usuarios representan la forma más efectiva de no quedarse varado en la carretera a cualquier hora del día.
Su incremento en los últimos meses llama la atención. Para algunos son una nueva forma de ganarse la vida y para otros, un completo retroceso en lo que respecta a la esperada modernización del servicio de transporte de la ciudad. Alcides Toyo, vocero de la comisión de transporte, afirmó que ya se contabilizan unas 30 unidades de transporte colectivo de este tipo. Con preocupación, reconoce su ilícita participación dentro del servicio, pero a su vez acepta que son una salida ante la crisis que atraviesa el gremio.
“Tenemos hasta el 60 por ciento de nuestras unidades de transporte público fuera de operatividad. Deberían estar rodando unos dos mil 800 carros y sólo contamos con menos de la mitad. La falta de repuestos, cauchos, accesorios y lo cara que se ha puesto la vida nos ha dejado en debacle. Estas camionetas y los buses nos están ayudando”, dijo el representante.
Las chirrincheras comenzaron a aparecer a finales del año pasado. El incremento de pasajeros en horas nocturnas en la temporada decembrina dio pie a que muchos hombres salieran a “piratear” con sus camionetas en las líneas más concurridas. Fue la ruta Avenida 32- Hospital de Cabimas, la primera es poseerlas. Ahora cuenta con hasta 20 unidades a su disposición y con un promedio de ingreso de 10 camionetas para las próximas semanas. Esta ruta contaba con 500 carros y sólo tiene 20 activos. En Lagunillas hay unas 20 chirrincheras que circulan para las rutas los samanes nueva Venezuela y el Danto.
“Necesito trabajar”
A ella le sigue la línea la H y Cabillas donde laboran unas cinco y la ruta Cabimas – Lagunillas donde se cuentan hasta 10 de estos vehículos. Todas son camionetas Ford-100, F-150, o C-10 con cabinas, puestos de madera o acolchados, que ahora movilizan a los usuarios. Durante los fines de semana se incorpora un camión F- 350. “Ellas no cuentan con los requisitos mínimos de las normas Covenin para lo que respecta al servicio de transporte público. Es preocupante esta situación”, dijo José Gregorio Chirinos, del sindicato de transporte de Lagunillas.
Tener un ingreso semanal es la única razón que impulsó a Benito Melendez, de 36 años, a ganarse la vida como chofer de una chirrinchera. Aseguró que después de quedar sin empleo colocó la vieja y guardada cabina a su camioneta F-100 y salió a “piratear”. Tiene tres meses en la ruta la Avenida 32 y asegura que a la semana se gana hasta 30 mil bolívares. “Hago hasta seis viajes. Le doy despacio porque si se te daña un caucho te quedas sin el trabajito. Lo mejor es que la gente nos apoya, porque no hay carros. Nos agradecen por el trabajo que hacemos”.