Las horas más oscuras

Vivimos las horas más oscuras, llenos de miedo e incertidumbre, me encontré con amigos que lloraban la pérdida de todo lo que tenían, comprobé la frase que dice “ladrones no roban libros”, ya que mi biblioteca quedó intacta; me di cuenta con quién contar, y con quién no

Existen fechas que no valen la pena recordar porque nos indignan, o historias que van cambiando de matices al contarlas, para ser más certero, quiero escribir sobre el pasado 11 de marzo del 2019, donde el caos se adueñó de nuestra ciudad, y cómo muchos ciudadanos mostraron su peor parte y otros la mejor.

Pasamos cuatro días y sus noches sin luz, sin agua, sin comunicaciones, sin Internet, sin la esperanza de tener una declaración oficial creíble, la suma de todas estas carencias hizo relucir a muchas personas sus miserias, sus impulsos de obtener a precio de cualquier cosa lo que fuese, bajo la consigna de “tenemos hambre”; fui testigo de cómo saqueaban locales de comida, mueblerías, tiendas de pintura, consultorios médicos, estéticas, era un festín para muchos, incluso para las autoridades que paraban al saqueador para quitarle lo que este había robado, y digo robado porque saquear es robar. 

La ciudad se volvió un caos, donde ningún organismo del Estado hizo nada para evitarlo, si te encontrabas unos policías o unos guardias te decían que es mucha gente, pero hay de usted ciudadano si lo encuentran un grupo de motorizados con un bulto de cualquier cosa, lo amenazan con quitarle el carro, llevarlo a Fiscalía, hasta que el policía bueno te llega y te ofrece una solución sencilla en moneda extranjera.

Una vez alguien dijo que “ser rico es malo”, y creó un resentimiento hacia los que con esfuerzo, estudio, mentalidad visionaria y trabajo han salido adelante, 20 años de regalar lo más que se quiere al “pueblo” nos ha hecho tanto daño, ya que ha creado el caldo perfecto para que el “pueblo” explote; un conocido me dijo, estamos saqueando porque el hambre no se aguanta, pero al preguntarle desde cuándo no trabaja te dicen que hace más de un año, entonces el hambre no es culpa de una situación particular, es que muchos se sientan a esperar el bono que los ayude a comprar la bebida espirituosa, o el vicio que los mantiene activos mientras papá Gobierno genera con su máquina más bolívares.

Vivimos las horas más oscuras, llenos de miedo e incertidumbre, me encontré con amigos que lloraban la pérdida de todo lo que tenían, comprobé la frase que dice “ladrones no roban libros”, ya que mi biblioteca quedó intacta; me di cuenta con quién contar, y con quién no, recibí llamadas de personas que jamás pensé que lo harían, con ánimos de brindar palabras de fe.

¡La vida continúa y es muy corta para achantarnos por lo que pasó!, esperemos que las aguas vuelvan a su cauce, planifiquemos, seamos estrategas, diseñemos protocolos de seguridad para lo mejor y para lo peor, iniciemos con lo que tenemos con más fe y ganas, nos robaron lo material, pero no nuestro ingenio y usted mi querido lector si por casualidad conoce a alguien que salió a saquear, dígale que nuestro mensaje es: lo que nos robaste, al venderlo te dura máximo dos semanas, nosotros sabemos trabajar y creamos proyectos para toda una vida. 

 

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