Las letras más machistas del cancionero hispano

El despecho sirvió como fuente de inspiración a los temas más sexistas y violentos de hace 30 años. Hoy día, las canciones hablan de sexo explícito, violencia de género y discriminación sin pudor

El machismo expresado a través de la música no es nuevo. A pesar de que los más recientes éxitos musicales causan revuelo por sus letras plagadas de comentarios sexistas, maltrato, violencia y discriminación a la mujer; otrora, un machismo tímido, hasta poético, pero cruel, se dejó colar en los versos más recordados del cancionero hispano. 

Tal vez, una de las letras que mejor expresa esta hipótesis proviene de boca de una mujer: Lucía Galán, del dúo Pimpinela, cuando canta A esa (1983). “Le doy mi lugar, que recoja tu mesa, que lave tu ropa y todas tus miserias”. 

De larga data, el machismo llega a extremos de sangrienta violencia, como en el popular tema de Loquillo, La mataré (1988): “Tengo un velo de sangre en la mirada […] que no la encuentre jamás o sé que la mataré”. Y qué decir de aquella canción de Julio Iglesias que dice: “Lo mejor de tu vida me lo he llevado yo”.

Virilidad mancillada

En febrero de este año, la banda mexicana Café Tacvba aseguró que no volverá a tocar el tema Ingrata (1994), que relata la historia de un hombre que sufre por una mujer que lo abandonó y amenaza con asesinarla, “humillarla y lastimarla”. Rubén Albarrán, vocalista de la banda, explicó en ese momento que llegó el momento de “repensar” si la seguirán tocando o si le cambiarán la letra, ya que incita a la violencia de género.

Igual tratamiento podría sugerirse, para no herir susceptibilidades, con canciones como Bandolera de Héctor Lavoe (Pau pau pau te voy a dar. Te voy a pegar) y Si te cojo de Ismael Rivera, de la Fania (Mira, negra, ponte a fregar, coge el trapo y ponte a limpiar). Ni Sabina se salva. No falta quien diga que su canción Contigo enarbola la bandera del machismo con las siguientes líneas: “Lo que yo quiero, corazón cobarde, es que mueras por mí”. 

Hasta el dulce e inocente Guillermo Dávila tuvo la osadía de cantar: “Sin pensarlo dos veces la empujé a la pared, le arranqué el vestido y la violé de amor”. Y aunque de Dávila a Maluma hay una distancia considerable, el colombiano relata sus andanzas con una de las letras más criticadas del año: “No sé con cuál quedarme, todas saben en la cama maltratarme. Todas me lo hacen bien, todas quieren chingarme encima de billetes de 100”. 

En contra de ellos

Los hombres también tienen su corazoncito, así que para ser equitativos valdría prohibir aquel himno al despecho contra el varón a cargo de los colombianos Aterciopelados, cantado por Andrea Echeverri: “Adiós, que te vaya bien, que te coja un carro, que te parta un rayo, que te espiche un tren”. Pero nada contra la autoestima del varón como Rata de dos patas, de Paquita la del Barrio.

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