Necios puristas, se niegan a reconocer que el régimen venezolano es una dictadura, como si aquí se respetaran los derechos humanos
Hace tiempo que los autócratas se dieron cuenta, que en un mundo globalizado, les sería difícil conquistar el poder por la fuerza y mantenerlo. Estuvieron obligados a adaptarse a los nuevos tiempos. Se pusieron un disfraz de demócratas pero son igual de perversos.
Decidieron destruir la democracia desde adentro, con sus propias reglas del juego. En el caso latinoamericano, el Foro de Sao Paulo definió un maquiavélico plan bien articulado, que comenzaba aprovechando las debilidades de las democracias en crisis, para penetrarlas y desarticularlas a posteriori.
Necios puristas, se niegan a reconocer que el régimen venezolano es una dictadura, como si aquí se respetaran los derechos humanos, se realizaran elecciones limpias, la justicia fuera imparcial y se permitiera opinar libremente desde la oposición, prefiero no elucubrar sobre sus intenciones. Lo que sin lugar a dudas me demuestra, es que sus vivencias los dejaron anclados en el pasado, con sus antiguas utopías de las cuales les es difícil liberarse.
Pero las nuevas dictaduras se mantienen con amenazas y armas. Se sostienen con el abuso, el autoritarismo, persiguiendo la libertad de prensa, las universidades autónomas que no controlan, los productores privados y a todo el que ose criticarlos. En ellas se persigue, encierra, tortura y elimina al contrario, sin respetar leyes, derechos o procedimientos.
Me importa poco lo que digan los patriotas de salón, me preocupan las nuevas dictaduras, ellas no pierden tiempo. Desvalijan el Tesoro nacional, corrompen y controlan las Fuerzas Armadas, el TSJ y el CNE, violan los derechos humanos y condenan al pueblo a vivir en medio de la escasez y sin poder cubrir sus necesidades vitales.
La gravedad del desastre económico, político y social, no admite miramientos ni espera de brazos cruzados. La ineptitud, la corrupción, la injerencia extranjera está a la vista de todos, como están las colas, la falta de medicinas, los 250 mil muertos y los colectivos motorizados acompañando a la Guardia Nacional, nadie necesita que se lo cuenten.
Aquí la delincuencia organizada esta en funciones de gobierno, desde las altas esferas se trafica con droga, se lavan capitales, se promueven terroristas y extremistas, se especula con divisas, con las importaciones, se desfalca al país con compras trianguladas, se permite que extranjeros controlen la soberanía nacional, se despilfarran las reservas y recurren al sicariato cuando lo necesitan.
No esperen que disculpe a Chávez con la excusa de que Maduro es peor, ambos son los responsables de este régimen, que se mantiene por el temor que tienen todos los que han de pagar por haberlo permitido. Que no se confundan los dirigentes opositores, el régimen confiesa considerarlos objetivos estratégicos, vienen por todos… de uno en uno. Ya lo anunciaron “…también estamos preparándonos para la lucha armada que es la nueva doctrina Bolivariana”.
Existe una sola Venezuela confundida en la desigualdad, en manos de un pequeño grupo de esbirros que se rotan en las funciones de gobierno, los mismos mediocres en diferentes cargos tienen poder ¡pero son minoría!
Anticipar nuestra estrategia no es limitarnos a reaccionar, se trata de implementar las acciones que la propia Constitución nos permite en defensa de nuestros derechos.