El muchacho agonizó dentro del vehículo hasta fallecer. Los familiares se enteraron del crimen a las 11.30 de la noche del pasado miércoles
Los delincuentes no se llevaron la Bronco negra, año 1992. Persiguieron por metros al comerciante Ronald José Fuenmayor González, de 26 años, y le dispararon unas 25 veces hasta que la camioneta se salió de la carretera, en el sector La Fragua, en el municipio Jesús Enrique Lossada. Huyeron antes de apropiarse de su botín.
El muchacho agonizó dentro del vehículo hasta fallecer. Los familiares se enteraron del crimen a las 11.30 de la noche del pasado miércoles. No sabían muchos detalles. Antes de que la Policía se llevara el cadáver a la morgue interrogaron a los vecinos, pero estos solo comentaron que los asesinos viajaban en un Ford Fiesta y que escucharon una ráfaga de tiros antes de encontrarse el cuerpo y la camioneta abandonada.
Olindo Montiel, tío del comerciante, recordó que lo último que supo la esposa de su sobrino, quien tiene seis meses de embarazo, era que iba camino hacia su residencia en la vía a Tulé. En la siguiente llamada que recibió le notificaron que lo habían matado.
“Contamos 25 orificios en la camioneta, pero los oficiales nos dijeron que solo lo alcanzaron cinco balazos. Tenía heridas en la cabeza, la espalda, las costillas, el abdomen y el brazo”.
Hasta ahora los Fuenmayor sostienen que a su pariente lo mataron por resistirse al robo de su camioneta. Aseguraron que no tenía enemigos ni deudas. Lo describieron como trabajador, responsable. Desde muy joven se dedicó al comercio de mercancía. Es oriundo de San Francisco, tras formar su familia se mudó hasta Jesús Enrique Lossada.
En la morgue forense nadie lloraba. Los familiares se sentaron en las inmediaciones de la Maternidad Castillo Plaza. Esperaban pacientes la entrega del cadáver para las exequias. El dolor parecía haberse congelado al igual que sus esperanzas de que algún día la Policía científica atrape a los homicidas y los tribunales los condenen.