Un grupo de presuntos delincuentes irrumpieron en la granja Mi Esperanza en San Francisco para robarla, no sin antes dispararle a Trino Antonio Pereira (45) quien la vigilaba y cuidaba contra estos mismos hechos
El día había terminado, pero al turno Trino Antonio Pereira Demanda, de 45 años, aún le quedaban horas para culminar. Se encontraba en plena faena nocturna, vigilando las inmediaciones de la granja Mi Esperanza, en el Kilómetro 24 vía a Perijá, municipio San Francisco, cuando sin avisar lo sorprendió un grupo de presuntos delincuentes armados que ingresaban en una camioneta por la entrada principal de la finca.
El hecho ocurrió a las 9.00 de la noche del pasado miércoles. Pereira se levantó de su puesto de vigilancia, tomó la escopeta que tenía a su lado para intentar ahuyentar a los ladrones, pero su andar lo detuvo una bala que atravesó su cuerpo, disparada por uno de los maleantes.
Del lugar sustrajeron distintos artefactos e insumos de trabajo agrario, así como dinero en efectivo que había en una de las habitaciones. Luego de que huyeran los ladrones, tomó su teléfono celular y llamó a sus patrones para contarles lo sucedido y lo auxiliaran. Lo trasladaron hasta el Hospital Universitario de Maracaibo, donde los galenos de guardia lo estabilizaron para después tratar sus heridas.
El vigilante agonizó los dos días consecuentes al suceso. Su estado de salud nunca mejoró y la muerte le llegó en la mañana de ayer. Funcionarios de la Policía científica se encuentran en labores de investigaciones para dar con el paradero de los asesinos de Pereira. Manejan la resistencia al robo como móvil del hecho. Los familiares aguardaban sentados sobre uno de los muros rojos fuera de la morgue forense los resultados de la autopsia y el cadáver de Trino, para darle santo sepulcro. No quisieron revelar mayores detalles sobre su muerte.