
Gerardo
Los parientes de Daniel Enrique Bravo, de 29 años, no sabían mucho sobre su homicidio. Solo estaban seguros que el cuerpo de su pariente pasó de una habitación del Hospital General del Sur, donde estuvo recluido, a la morgue en menos de 24 horas. Sus signos vitales decayeron el pasado lunes en la mañana y murió a la 1.00 de la tarde en un cuarto de la Unidad de Cuidados Intensivos.
Gerardo Gutiérrez, tío del occiso, explicó que ingresó al centro asistencial con un balazo en la cabeza. No mostró mejoría en los ocho días que lo hospitalizaron. Decayó y decayó hasta fallecer.
“No sé cómo fue. Lo que te puedo decir es que estaba tomando con unos amigos y alguien le disparó”. Al muchacho lo llevaron al hospital el pasado 3 de abril desde el barrio Ricardo Aguirre, parroquia Cristo de Aranza, al sur de Maracaibo.
La Policía informó que ese día Bravo regresaba a su casa cuando lo sorprendió un ladrón. El malhechor reclamó las pertenencias del hombre, pero este se negó y sostuvo una pelea a mano limpia contra su agresor. En media confrontación, el criminal sacó un arma y disparó. La bala atravesó el cráneo, pero no lo mató enseguida.
Los vecinos reconocieron al herido, llamaron a sus familiares, quienes lo trasladaron en un vehículo particular al hospital.
La Policía científica inició las investigaciones del caso. Por ahora el móvil con el que trabajan en el caso es la resistencia al robo. No manejan ningún sospechoso para el caso. Tras los interrogatorios a los familiares, los funcionarios pasarán a investigar el entorno social del occiso en busca de alguien que pueda aportar alguna pista sobre el crimen.