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El barrio San Isidro, en la parroquia Antonio Borjas Romero, al oeste de la capital zuliana lo señalan como un barrio “peligrosísimo”. A Jhoandry de Jesús Villalobos Quintero, de 28 años, lo atacaron delincuentes y lo mataron luego que le robaran dos celulares, entre ellos un Motorola.
La calle la conocen como “los tubitos amarillos”, contó una prima de Villalobos en la morgue forense. Espera la entrega del cadáver de su pariente, que a las 10.00 de la noche, del pasado miércoles, lo tirotearon en la calle 112A del barrio para robarlo. Relató que Jhoandry caminó, una cuadra y media, desde casa de su madre a la suya.
Antes de llegar lo asaltaron. Al parecer entregó sus objetos de valor y seguidamente se escucharon los disparos. Los delincuentes huyeron y los vecinos salieron. Uno de ellos sacó su carro, lo montaron con cuidado y lo trasladaron hasta el Centro de Diagnóstico Integral Plateja III, pero al llegar ya estaba sin vida.
La prima explicó que la familia desconoce que Jhoandry tuviera problemas o alguien lo amenazara de muerte. Sus restos serán velados en el patio de la casa de su madre y será sepultado en el Cementerio San Sebastián. No dejó hijos y tenía cinco años de casado.
Al centro de salud llegó la Policía científica para levantar el cadáver, se entrevistaron con los familiares y se acercaron al barrio para buscar pistas o evidencias del homicidio. Cerca del lugar hay un comando de la Policía regional. Los uniformados advirtieron a la prensa. “No se metan pa’ allá, eso es candela”.
La versión del oficial la afirmaron los dolientes de la víctima. Explicaron que bandas criminales azotan las calles del barrio, venden y compran drogas y muchos jóvenes están armados y cometen fechorías. “A las 8.00 de la noche ya la gente se encierra en sus casas”. Aseguraron que el punto policial está de lujo.