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“Sí, fue como lo dibujé… El balón al número 23”. Así definió, con una sonrisa, David Blatt la última posesión de los Cavaliers ante los Nets. Esa que dio la victoria a los suyos en el partido el pasado sábado (90-88), con un gancho hasta el cielo de LeBron James, la estrella de Cleveland y el mejor jugador de la NBA en estos momentos junto a Stephen Curry. ¿Por qué? Tampoco hay que defender mucho al jugador de Akron a estas alturas de la película, la verdad, pero con esa canasta dio otra muestra más de lo que es capaz de hacer, de su habilidad y sangre fría.
No fue una canasta ganadora a la desesperada, ni un triple “a ver lo que pasa”. Fue una entrada a canasta, con potencia y versatilidad, con un lanzamiento que sobrepasó en altura los 213 centímetros de Brook López y que acabó en dos puntos cuando el duelo ibadirección sin salida a la prórroga. “He hecho bandejas, pull-ups (tiro en suspensión), step-backs (lanzamiento con paso hacia atrás)… pensé que podía intentar un gancho a la siguiente”, subrayó James tras un partido en el que llegó a los 26 puntos, nueve rebotes y cinco asistencias.