El eterno capitán de los Yankees eligió el Día de las Madres, como tributo a su mamá, para efectuar la ceremonia en la que retiró el último uniforme de un solo dígito que quedaba en la historia del club
Un homenaje a un ícono. Los Yankees de Nueva York retiraron este domingo la camiseta con el número 2 del legendario capitán Derek Jeter, quien se convirtió en el jugador número 22 de la franquicia que recibe dicho honor, además de poner su placa en el Parque de los Monumentos en el Yankee Stadium.
Jeter también es el primer jugador del equipo al que se le rinde ese homenaje desde que sus compañeros de batalla, los boricuas Bernie Williams y Jorge Posada además del exlanzador Andy Pettitte se les retiraran sus números durante la temporada del 2015.
Lo vivido en el Yankee Stadium fue una ceremonia más que especial. El eterno capitán de los Yankees eligió el Día de las Madres, como tributo a su mamá, Dorothy, para efectuar el acto de retiro del último uniforme de un solo dígito que quedaba en la historia del club.
Los fanáticos neoyorquinos fueron testigos del tributo a una figura icónica de los Yankees y que por 20 años defendió las rayas que distinguen a los “Bombarderos del Bronx”.
“Tengo la oportunidad de jugar para una organización de primera clase y frente a los más grandes aficionados en la historia del deporte”, dijo Jeter. “Cuando juegas aquí en Nueva York durante 20 años, aprendí que el tiempo vuela, los recuerdos se desvanecen, pero la familia es para siempre, y estaré eternamente agradecido de ser parte de la familia de los Yankees”.
Jeter, Novato del Año en 1996 y retirado desde 2014, fue un pelotero único. Desde el campo completó diversas hazañas e impulsando a los Yankees a cinco títulos de Serie Mundial, cinco Guantes de Oro, y 14 participaciones en Juegos de Estrellas de las Grandes Ligas. Incluso, en postemporada, destacó a punto de ser el pelotero con más hits (200) en la postemporada y sus apariciones en las finales que le valieron la distinción de Mr. Noviembre. Jeter fue un jugador que trascendió más allá de los diamantes impulsando los más grandes valores del deporte.
El mundo del béisbol despidió de la manera más merecida a un ídolo. Un yankee por excelencia. Un atleta intachable y una gran leyenda que ahora se inmortaliza en uno de los templos más grandes del deporte mundial. La próxima parada del “Capi” será en Cooperstown.