Joel cayó sobre el asfalto, su pareja y los vecinos salieron de las casas al escuchar las detonaciones. Se sorprendieron al encontrar el cuerpo ensangrentado. Las balas impactaron en su cabeza y estómago. Entre todos auxiliaron al herido, lo montaron en un carro para llevarlo al hospital de la zona
Un charco de sangre y tres casquillos de balas quedaron frente a la casa de la progenitora de Joel Enrique Castillo Canquiz (32). Unos delincuentes le dispararon con una escopeta por impedirles entrar a la residencia de su madre para robar.
La familia recordó que Castillo salió a las 5.00 de la mañana de su casa, en la avenida 4 del sector El Chaparral, municipio La Cañada de Urdaneta. Se preparaba para trabajar como chofer de transporte público cuando vio a unos desconocidos saltarse a la casa de su madre.
Gritó y gritó para evitar que ingresaran a la vivienda, en ese momento uno de los ladrones disparó con una escopeta calibre 12, tres veces en su contra. Los Castillo presumen que a los delincuentes no les gustó su actitud y por eso lo mataron.
Joel cayó sobre el asfalto, su pareja y los vecinos salieron de las casas al escuchar las detonaciones. Se sorprendieron al encontrar el cuerpo ensangrentado. Las balas impactaron en su cabeza y estómago. Entre todos auxiliaron al herido, lo montaron en un carro para llevarlo al hospital de la zona.
Los médicos de guardia certificaron que Castillo ingresó al centro de salud sin signos vitales. En ese momento informaron a la Policía científica para que recogiera las evidencias.
Los Castillo denunciaron que en la barriada no se puede estar en el frente de las casas en ningún momento, todo el tiempo están atracando. “Ingresan a las casas o locales y se llevan todo lo que puedan”, comentaron.