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El piloto británico de Mercedes Lewis Hamilton ganó ayer el Gran Premio de China, su quinta vez llevándose el triunfo en Shanghái, para no perderle el paso al alemán de Ferrari, Sebastian Vettel, que llegó de segundo, seguido de Max Verstappen de Red Bull, de tercero.
El astro inglés selló el segundo GP de la temporada con un grand slam, al ganar desde la pole, liderando de principio a fin y marcando la vuelta rápida. “Fue un fin de semana maravilloso”, expresó Hamilton, que iguala a Vettel en la lucha por el campeonato, que el mismo Hamilton asegura será “uno de los más apretados, si no el más apretado, que he experimentado personalmente. Tengo muchas ganas de ver cómo se desarrolla esta lucha, y más con Sebastian. Ferrari ha hecho un gran trabajo y es bueno tenernos a los dos, pasándonos e intercambiando tiempo”.
El triple campeón de 32 años dominó toda la carrera, firmando su quincuagésima cuarta victoria en la categoría reina, sin preocupaciones, a diferencia de los que le seguían en la pista. Con las primeras vueltas marcadas por el primer safety car virtual -tras la salida de pista y posterior retirada del canadiense Lance Stroll, de Williams, y el carro de seguridad que apareció tras el accidente del italiano Antonio Giovinazzi en el cuarto giro, los de Ferrari y Red Bull protagonizaron una buena lucha por las otras dos posiciones en el podio.
Al final fue “Seb”, quien logró pasar a Daniel Ricciardo en la vuelta 22, y la joven promesa de Verstappen, que remontó del decimosexto en parrilla al tercer puesto final, los que alcanzaron montarse en el podio en Shanghái. En la cuarta posición le siguió su compañero en Red Bull, Ricciardo, con Kimi Räikkönen, en la quinta posición, y Valtteri Bottas, de sexto. En el resto de los puestos de puntuación quedaron Carlos Sainz, Kevin Magnussen, Sergio Pérez y Esteban Ocon.