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En el barrio María Concepción Palacios lincharon a Agustín Alberto Colina (31), obrero de PDVSA, luego de que saltará la baranda de una vivienda en la calle 107. Entró amordazó a una familia, la amenazó con un arma de juguete y la robó, informó la Policía.
Katherine Martínez, esposa del presunto delincuente, no salía de su asombro al escuchar las versiones en las afueras de la morgue forense. Agustín nunca fue violento ni le mostró andar en malos pasos, ser amigo de lo ajeno ni mucho menos consumir drogas. Se niega a creer el relato de los vecinos, piensa que tomaron la justicia por sus manos y todo se trató de una terrible confusión.
Un día antes del linchamiento, el obrero salió temprano de su casa en Los Haticos, dijo que regresaba pronto. Las horas transcurrieron, llegó el amanecer y con él la noticia de que había muerto en manos de una comunidad enardecida.
La esposa de Agustín comentó que presentía algo malo, no durmió en toda la noche pensando en él, sus pesadillas se hicieron realidad cuando la hermana de la víctima tocó la puerta y le dio la noticia.
Al entrar a la vivienda su cuñada le relató lo sucedido, los habitantes de la casa lograron quitarse, el pasado jueves a las 11.00 de la mañana, las cuerdas de las manos, en un descuido arremetieron contra él, los vecinos lo golpearon con palos y piedras repetidamente en el cuerpo y la cabeza hasta dejarlo inconsciente en la calle.
Cuando los funcionarios de la Policía regional llegaron al barrio, Colina estaba casi muerto, inmediatamente lo trasladaron hasta el Hospital General del Sur, donde murió minutos después tras sufrir un derrame cerebral y dos infartos en el corazón.
Los detectives del Eje de Homicidios aseguraron que el obrero tenía registros en la Subdelegación de Maracaibo por drogas. Los testimonios de los dueños de la vivienda asaltada confirmaron que el presunto delincuente los sometió con un facsímil, una reproducción de un arma de fuego.