Venezuela depende de la capacidad de cada uno de nosotros para encontrar soluciones, pero también de saber reconocer lo que está mal en la sociedad y pensar en la resolución de los problemas antes de sucumbir ante la conflictividad latente
“Si supiera que el mundo se acaba mañana, yo, hoy todavía, plantaría un árbol”, dijo en una ocasión el luchador social y religioso estadounidense, Martin Luther King. Dicha frase evoca la voluntad de apreciar las cosas que aún en los momentos más oscuros podemos –y debemos- valorar.
Si bien es cierto que la situación país parece abrumarnos a nivel individual y colectivo, no debemos perder de vista los valores por los cuales vivimos y, en buena medida, encontrar soluciones en medio de la calamidad. Eso es precisamente lo que buscamos desde el seno universitario, a pesar del contexto económico, la tensión política y la crisis que agobia a todos los miembros de la comunidad universitaria y de la sociedad venezolana.
Sin embargo, el llamado más importante es el de no dejar de ver a nuestro prójimo como nuestro hermano, aún en las diferencias. Venezuela depende de la capacidad de cada uno de nosotros para encontrar soluciones, pero también de saber reconocer lo que está mal en la sociedad y pensar en la resolución de los problemas antes de sucumbir ante la conflictividad latente.
Estamos ante una crisis que afecta a instituciones y ciudadanos por igual. El papel de la universidad es el de mantener las puertas abiertas pese a toda adversidad, y quienes la conformamos nos mantenemos comprometidos que así siga siendo.
Mis palabras como autoridad a los miembros del personal docente, administrativo y obrero, y más que todo a los estudiantes que atraviesan una situación difícil, es que en la vida todo tiene solución. Juntos vivimos este momento de la historia contemporánea venezolana y juntos nos mantenemos para dar lo mejor por el futuro de nuestra nación y sus hijos.
A todos los venezolanos que se encuentran en diferentes latitudes del mundo, en especial a nuestros egresados que hacen su vida profesional con excelencia, no olviden a sus hermanos que se encuentran luchando para sostener este país y a su Alma Máter, es tiempo de solidaridad en la distancia. Todos somos Venezuela.