
Renny
“Vamos a plantear la realidad de los hechos”, enfatizó Renny Mas y Rubí, exfuncionario y vecino de la urbanización La Pionera, donde el pasado Jueves Santo quemaron vivos a Jairo David Portillo (22), José Gregorio Mercado Montiel (27) y Juan Caballero (23). Se declaró inocente en el caso y aseguró: "Llamamos a la Policía por una hora". Durante la espera la comunidad se alzó, les rociaron gasolina y les lanzaron un yesquero.
En la urbanización, al oeste de Maracaibo, tenían siete días sin vigilante. Tras una asamblea con el consejo comunal, los vecinos asumieron la seguridad. "Decidimos montar grupos de vigilancia por Semana Santa mientras se contrataba una nueva vigilancia". Crearon un grupo de WhatsApp para comunicarse, unos utilizaron sus armas personales para protegerse y otros pitos.
El pasado jueves, un grupo de hombres, entre ellos funcionarios activos y retirados, rondaron las calles. A eso de las 11.00 de la noche, "los tres muchachos encañonaron a los vecinos en la plaza. Uno de ellos, el más alto, dijo: 'Quieto'. Uno de los policías le replicó quietos son ustedes. Le quitamos el revólver y lo metimos en la garita".
El expolicía comentó que pasaron un mensaje al resto de los vecinos para informarles lo ocurrido y comenzaron a llamar "al 171, Polimaracaibo y el CPBEZ. La Policía nunca llegó. A esos muchachos les quitamos el arma y los llevamos a la garita".
De un momento a otro empezaron a llegar los residentes. "Una de las vecinas reconoció a uno y dijo que se había metido en su casa. En ese momento todos se alzaron. Gritaban 'vamos a matarlos'. En un descuido llegaron unos muchachos con unas latas de gasolina y los bañaron. Otro se acercó y les tiró el yesquero. No nos dio tiempo a nada".
Mas y Rubí agregó que unos 80 vecinos los atacaron. Repetían que estaban hartos de los robos. "Quienes los capturamos no pudimos controlarlos". Tras el incidente, los oficiales intentaron apagarlos, llamaron a una ambulancia, pero dos corrieron y el otro quedó ahí. "Un vecino hasta se quemó cuando intentaba auxiliarlo".
"Yo soy un hombre de familia, asiduo estudiante, recientemente me gradué de Derecho y comencé otra carrera. No estoy de acuerdo con esto. La comunidad se salió de control".
El último adiós
Un centenar de familiares acompañaban el féretro de Jairo David Portillo. Diez mujeres con mantas rojas cargaban la urna. Caminaban al son de un vallenato de los hermanos Zuleta. A veces quedan doliendo heridas que están cerradas, aunque estén cicatrizadas por dentro siguen ardiendo, decía la canción.
Los padres del muchacho encabezaban la procesión con una fotografía de Jairo. Quienes lo acompañaban brindaban con ron y tarareaban la música. A las 12.00 del mediodía le dijeron adiós en el Cementerio Corazón de Jesús.