
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Siete oficiales levantaban el féretro marrón. Unas 30 motocicletas los seguían de cerca, la caravana se extendía con carros, camionetas y transeúntes. Todos querían decirle por última vez adiós al oficial Carlos Eduardo Rodríguez Castillo (24). El llanto los ahogaba. Hombres y mujeres dejaron escapar las lágrimas. “Era un hombre de familia, colaborador y honrado con su trabajo”, comentaban los familiares, amigos y compañeros durante el recorrido por la avenida 4 de Sierra Maestra, en San Francisco.
Al funcionario de la Brigada Motorizada lo mataron de un escopetazo en el pecho. Trabajaba como chofer de por puesto en la ruta La Limpia. Reunía para la cesárea de su mujer. Su cuerpo ingresó a la funeraria La Chinita, el pasado sábado en la tarde. El espacio quedó pequeño. Sus amigos y “cursos”, como suelen llamarse entre sí los policías de la misma promoción, abarrotaron la sala velatoria.
Ayer, a las 10.00 de la mañana, les anunciaron que el momento final llegaba. La muchedumbre colapsó la vía. Dos sobrinas se abrazaban mientras lo escoltaban por última vez hasta el vehículo que lo trasladaría a su casa materna, donde creció. Una de sus tías pidió ir en una motocicleta, donde hasta el pasado viernes su sobrino patrullaba las calles para combatir el hampa.
El sonido de las bocinas y el rugir de las motocicletas afloró el dolor. Los funcionarios arrugaban el rostro para no llorar, pero no se contuvieron. Sin escándalo ni gritos rodaron las lágrimas, algunos lo taparon con sus cascos y otros le corroboran a los transeúntes que en Polisur también lloran.
La parada final, el Cementerio La Chinita. Uno de los hermanos de Rodríguez no paró de decirle: “Adiós”. A medida que se alejaba el carro fúnebre ondeaba sus manos. Los honores se los rindieron en el camposanto. Es un hasta luego, a quien promovió y respetó la ley.
Búsqueda sin tregua
Tres de los cinco delincuentes que participaron en el asalto, donde falleció Rodríguez, fueron dados de baja. Aún buscan a los otros dos apodados el “Papa” y “Guajiro”, se dedican a robar carros por puesto. La Policía patrulla por el sector donde ocurrió el robo, el pasado sábado a las 6.00 de la mañana.