Llega septiembre, ¿qué pasará?

La única certeza es que nada está escrito y cada quien está moviendo las piezas que tiene a su disposición para tratar de seguir avanzando en su ruta

El noveno mes del año 2016 se anuncia como una nueva etapa en el ya largo camino recorrido por una sociedad extraviada que, aunque agotada, continúa intentando encontrar entre los escombros alguna guía que le permita reorientarse hacia la modernidad. Las expectativas son muchas, y aunque hay muchos pronósticos, lo cierto es que nadie sabe lo que pasará.

En un contexto de tanta incertidumbre la tarea de proyectar se dificulta, un buen ejercicio para remediarlo es fijar el horizonte en el plazo inmediato. Así, el foco del análisis se centra en el #1S, fecha que pudiera ser clave (o no serlo). ¿Será masiva la participación? ¿Habrá confrontación? ¿Será el inicio de una escalada de eventos o una marcha aislada? Todas estas son interrogantes sin respuesta, pues la única certeza es que nada está escrito y cada quien está moviendo las piezas que tiene a su disposición para tratar de seguir avanzando en su ruta.

Por el lado de la oposición, en los últimos días ha habido un giro importante en los eventos, y es que se ha pasado de estrategias separadas a lo interno de la MUD, particularmente diferenciadas entre seguir apostando al referéndum desde la negociación y los micrófonos, a otra posición que apunta a la calle. Durante los últimos días, Primero Justicia y Voluntad Popular, los principales promotores de cada visión respectivamente, ya parecen coincidir en la necesidad de reconquistar los espacios que se han dejado sin ocupar, específicamente a las calles. 

Aunque aún hay otros actores de la oposición que miran con cautela esta coincidencia de dirección a lo interno de la normalmente no unificada MUD, las perspectivas de un movimiento que crece están presentes. ¿Qué forma adquirirá esta nueva comunión de interés y perspectivas? ¿Lograrán finalmente encontrarse las frustraciones de la gente con los ritmos y cálculos de los Partidos Políticos? Igual que antes, nadie lo sabe. Lo que ocurra no depende de la providencia, sino de las decisiones que los líderes tomen en los próximos días.

Por el lado del oficialismo es menos lo que puede hacer. Claro que puede amedrentar, y sin duda aún cuenta con la mayoría del poder institucional, pero no debe olvidar que los regímenes que buscan mantener el poder absoluto necesitan líderes carismáticos, mucho dinero, y un aparato de control unificado. Sin duda las dos primeras no son parte de los activos del Gobierno actual, sobre el tercero hay dudas, pues depende de los dos primeros. En un país marcado por la incertidumbre cualquier cosa puede ocurrir, y eso sin duda es terreno fértil para encontrar finalmente una nueva oportunidad para todos quienes aún creen en su país.

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