Lo de Carrasco no son cuentos

Carrasco se convirtió en el primer serpentinero nacido en esta tierra con dos salidas consecutivas de al menos 9.0 capítulos y dos o menos incogibles recibidos

Inesperadamente, el mejor abridor venezolano, al menos este año, no se llama Félix Hernández. Se trata de una figura que domina y poncha a placer con los Indios de Cleveland y que parece andar en el momento más dulce de su carrera: Carlos Carrasco.

Su récord de 11-8 no da crédito al argumento, menos si se compara al del “Rey” (13-6). La efectividad, aunque estuvo en 4.98, va en declive y quedó en 3.76 luego de su salida de ayer. Pero al cavar en estadísticas más profundas, sus números lo ponen en la élite de las Grandes Ligas.

Entre iniciadores de la Liga Americana, el barquisimetano ostenta la quinta cifra más alta de ponches (147), la octava menor cantidad de boletos (28), su promedio de abanicados por cada nueve episodios es el quinto mejor (9.70), posee el quinto más bajo WHIP (1.09) y es sexto en aperturas de calidad (12). 

Su FIP (Fielding Independent Pitching) es el sexto mejor en el joven circuito (2.80). Esta métrica aprecia el rendimiento de un escopetero apartando la defensiva y tomando en cuenta solo guillotinados, pasaportes, golpeados y jonrones permitidos.

Historia criolla

El martes, Carrasco dio una clase de acción monticular, al domar fácilmente a la feroz ofensiva de los Angelinos de Los Ángeles y de Anaheim durante 9.0 innings en su mejor salida de la campaña. El derecho, quien salió sin decisión, permitió solo un hit y pintó de ceros la pizarra de los “celestiales”, a quienes ponchó en siete ocasiones.

Su game score (una estadística inventada por Bill James para medir la actuación de un abridor) fue 91. Aunque ese registro es el tope para serpentineros nativos en lo que va de zafra pese a su desempeño en su labor anterior a la del martes: juego completo de par de indiscutibles, una carrera limpia y siete abanicados contra los Atléticos de Oakland.

Tomando sus dos más recientes trabajos, se convirtió en el primer serpentinero nacido en esta tierra con dos salidas consecutivas de al menos 9.0 capítulos y dos o menos incogibles recibidos. Fue tal el dominio que en un momento entre estos dos chances, sacó a 27 hombres al hilo, lo que equivale a un juego perfecto.

“Lo más importante es poder ganar y solo intentar ganar mi juego”, dijo Carrasco a Cleveland.com. “Si alguien se embasa, lo hace y ya; si no, está bien. Pero lo fundamental es extender mi trabajo en los juegos y darle a mi equipo la oportunidad de ganar”.

 

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