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Bajó de su apartamento en el piso 13, llegó al estacionamiento para montarse en su camioneta Jeep Cherokee, negro, placa AC707RV y un par de antisociales lo esperaban para emboscarlo. Bruno Allio Bonetto (59), siguió las órdenes de los agresores, se montó en la camioneta y con él los delincuentes. Al salir de la residencia, en la avenida 2A del sector Don Bosco, aceleró el vehículo y lo impactó con la casa del frente.
Abrió la puerta, se bajó e intentó escapar, pero los sicarios no dudaron en dispararle. Seis detonaciones se escucharon y el empresario se desplomó al lado de la Jeep, boca arriba quedó en el pavimento. De inmediato, el par de gatilleros se bajaron con las pertenencias y corrieron con dirección a la avenida El Milagro.
Diez oficiales de la Policía municipal de Maracaibo llegaron, a las 7.30 de la mañana de ayer, al sitio para resguardar la escena. Los familiares de Allio se mostraron completamente herméticos, lloraban a su pariente desde el interior de la residencia. No salieron hasta la llegada de los detectives de la Policía científica. La primera hipótesis que formulan los oficiales es la resistencia al robo. Una hora más tarde en la escena ya los detectives terminaron de colectar las evidencias de interés criminalístico. La pareja del infortunado, de quien se dijo que es fiscal del Ministerio Público, se acercó a los funcionarios para pedirles una cadena y un reloj que llevaba su novio. Solo le entregaron el reloj, la otra prenda no la tenía.
Poco a poco llegaron otros familiares y amigos. Un par de sobrinos lloraban con desconsuelo mientras hablaban por teléfono. A diferencia del hijo del infortunado, a quien no se le vio botar ni una lágrima. Los sabuesos del cuerpo detectivesco entrevistaron a los allegados y un testigo del homicidio.
Un testigo importante
Presuntamente un habitante del sector detalló que a las 6.30 de la mañana pasó por el frente del edificio para llevar a su hijo al colegio. Este relató que en el estacionamiento observó a dos jóvenes, menores a 25 años, junto al hijo de Bruno. Se regresó porque dejó la merienda del infante y al pasar de nuevo frente a la residencia, la camioneta ya estaba saliendo del estacionamiento.
Un estruendo sorprendió al testigo, al voltear, era la camioneta impactada contra la cerca de la casa. Vio cuando el hombre se bajó de la camioneta negra para intentar escapar y luego le dispararon. También observó a los dos malhechores cuando bajaron y huyeron.
Un allegado reveló que el joven de 24 años, hijo de Bruno Allio, no tenía buenas amistades, no le agradaba la fiscal como novia de su padre y llegó a amenazarlo. “Le dijo que si se casaba con esa mujer lo mataría, porque esa herencia era para él”. En ese momento el móvil de resistencia al robo perdió fuerzas. A todos los testigos y familiares los llevaron a la sede de homicidios para entrevistarlos.