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El difunto llamado Henry Rosario falleció en Puerto Rico de 31 años, a causas de dolencias cardíacas, por lo que su familia antes de darle su último adiós decidió festejarlo realizándole una fiesta de póker con su cadáver presente.
Este era un apasionado del póker por lo que sus seres amados decidieron realizar este tan extraño y no habitual velorio para el occiso también conocido como el “Kinki”.
Por lo visto esta es una costumbre puertorriquense en donde se vela al difunto en actividades acordes a sus preferencias en vida.
Una vez terminado este insólito velorio, los restos del “Kinki” fueron llevados hasta el Cementerio Nuevo de Barceloneta, Puerto Rico.
Una funeraria de la localidad se encargó de alquilar la mesa, las fichas de póker para que el “Kinki” realizará su última partida con sus familiares y seres amados.