Los 4 jinetes del apocalipsis

Ahora la cleptocracia gobernante, cuenta con sus 4 jinetes del apocalipsis, que no son precisamente los cuatro canales de televisión privados en otrora independientes de la censura previa, como lo dijera alguna vez el gendarme de Sabaneta de Barinas

Los venezolanos debemos estar claros que la crisis que padecemos en todos los órdenes, sobretodo en el económico y social no tiene vuelta atrás, y el resultado desastroso que ya exhibe es nocivamente progresivo y su efecto es irreversible, como diría la mercenaria electoral mayor, es así porque ahora la cleptocracia gobernante, cuenta con sus 4 jinetes del apocalipsis, que no son precisamente los cuatro canales de televisión privados en otrora independientes de la censura previa, como lo dijera alguna vez el gendarme de Sabaneta de Barinas, conocido en el mundo castrense como el héroe del museo militar.

Estos 4 jinetes del apocalipsis, enemigos creados por la propia la revolución, son el colapso del sistema de transporte que tiene al país paralizado por los cuatro costados, con lo cual se aniquila la posibilidad de lograr la superación de la crisis de producción y productividad que tiene enferma muestra economía en estado de metástasis, por ello el estado de depresión paulatina del aparato productivo nacional privado inevitablemente lo conducirá a  su desaparición.  

El segundo jinete del apocalipsis es el colapso total de los medios de pago, primeramente por la falta de efectivo el cual no supera el 2% de la liquidez monetaria M2, y posteriormente por la creciente inoperatividad de los cajeros automáticos y puntos de ventas, lo cual sumado al pésimo servicio de internet, imposibilitan cada vez más la ejecución de miles de transacciones bancarias diarias en detrimento de las propias instituciones financieras y el resto de los medios de producción.   

Seguidamente el tercer jinete del apocalipsis es la crisis estructural del sistema eléctrico en todos sus componentes, generación, transmisión y distribución que limitan las horas de trabajo y  producción  de los agentes económicos o empresas públicas y privadas, imposibilitando con ello la superación de la crisis y acentuándola cada vez más, sin vislumbrar una luz al final del túnel.  

Finalmente el cuarto jinete del apocalipsis es el aislamiento político y económico internacional, que sumado a la cada vez más menguada renta petrolera, producto de la devastación revolucionaria a la que fue sometida la industria estatal y única fuente proveedora de divisas del país, hace vislumbrar un futuro más gris y condiciones cada vez más adversas para la tiranía que pretende perpetuarse en el poder, con lo cual se auguran todavía algunos vestigios de esperanza para salir de esta desgracia.  

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