Los animales de la calle tienen sus héroes anónimos

Emiro junto a vecinos y familia dan una u201calegru00edau201d a los felinos de La Muchachera. (Fotos: Carlos Sosa)

A pesar que en su vida lo tildaran de loco, su amor por los animales fue mucho más allá. Emiro Quintero junto a sus vecinos de la urbanización La Muchachera brindan oportunidades a felinos tengan un hogar feliz

Capuchita va y viene, merodea la casa y pasa sobre la humanidad de quien en algún momento de su vida la sacó de un lugar al que nunca debió pertenecer. Emiro Quintero, un joven de 31 años y periodista zuliano, no muestra lujos en su apariencia ni grandes prendas, pero dentro de sí, como él dice, “lleva el corazón repleto de orgullo porque logró alimentar a otro felino”.  

El muchacho cuenta que comenzó a esterilizar a los gatos del sector El Pilar, específicamente en la urbanización La Muchachera, desde hace dos meses. Junto con él, vive su familia compuesta por su hermana, padres y esposa, quienes siempre le colaboran. Otras familias se suman a la labor y le dan comida y agua a los animalitos del urbanismo. 

Aunque algunos vecinos colaboren en la noble causa, no puede evitar tener problemas con los otros habitantes de la zona, pues asegura que algunos residentes intentaron envenenar o desaparecer a los animales que anhelan compañía. “Un día colocaron a uno vivo dentro de una bolsa y lo intentaron matar. Algunos desaparecieron”.

No se detienen 

En las reuniones de condominio “la discusión por los gatos” tiene su espacio y las familias que les dan de comer y beber los defienden a capa y espada. “Cada familia compra un poco de comida. Antes podíamos darle de mejor calidad, pero la situación económica nos obligó a buscar otras alternativas. Vamos a pasos de tortuga. Poco a poco la gente nos entiende y se suma”, relata el protector de animales.

Quintero ayuda a las especies indefensas de la calle desde hace poco más de nueve años. Asegura que aparta dinero para lograr este objetivo, aunque esto ya forma parte de sus gastos regulares. “Hoy en día tengo un poco más de control. Una vez destiné hasta 70 mil bolívares mensual para ellos. Aparecen heridos, con gusanos, golpeados y juntamos entre todos para llevarlos al veterinario para que los atiendan”.

Tabú

El periodista y rescatista recalca que existen muchos tabúes sobre la esterilización y las personas piensan que esto es algo malo o que el animal sufre. Asegura que esto es fundamental para controlar la sobrepoblación que margina y mata a millones de animales alrededor del mundo. “Ignoramos muchas cosas. Tenemos bastantes que no pudimos esterilizar y tratamos de buscarles algún hogar o ayuda. Todo surgió porque las personas no los querían”.

A pesar de la crisis, los gatitos comen dos veces al día aunque señala que cada vez la situación es más difícil. “Los animales jamás nos traicionan ni conocen la maldad. Para mí ayudarlos es algo indescriptible. Es increíble saber que algún animalito pueda pasar de la calle a un hogar”. 

En reiteradas oportunidades a Quintero la tildaron de loco y es incomprendido. Varias veces algún dedo o mirada lo señaló, pero él nunca se amilanó. “Aunque sean muy poquitos los casos logré concientizar a algunas personas. Mi familia siempre me apoyó. Las personas son muy malas e indiferentes y debemos tener consciencia, empatía y respeto con ellos”.

Como Capuchita hay miles por toda la ciudad, algunos héroes anónimos le tienden una mano y logran rescatar, otras caen siendo víctimas de la indiferencia de la sociedad. “Nada nos cuesta ponerle un poquito de comida, acariciarlos o algo tan mínimo como hablarles chiquito. Tenemos posibilidades de ayudarlos de alguna manera, pero nos falta voluntad. Es justo que le demos una oportunidad para tengan una mejor vida”, cuenta el joven visiblemente emocionado por la labor. 

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