Los fariseos socialistas de la revolución del siglo XXI, creen que poseen la verdad, y atacan a todo aquel que disienta de sus interpretaciones de las leyes y la Constitución
Los fariseos eran integrantes de una secta judaica, nacida en el siglo II A.C. Su doctrina era la austeridad y el apego estricto a las leyes ajustadas al requerimiento de su liderazgo. Ergo, su desenvolvimiento era una total hipocresía en función de mantener a sus seguidores como servidumbre en fomento de las altas jerarquías de la secta. Su oratoria ante el creador se componía de justificaciones de sus actos en función de aparecer ante el mundo como el justo y noble, mientras, quien no profesaba o no cumplía al pie de la letra sus mandatos sectarios, era un pecador, un innoble ante jerarcas y ante Dios.
Así proceden los izquierdistas marxistas, basados en la utopía del comunismo retrógrada, calificado como tal por el mismo Marx comparándole como “prehistórico”. Pues, no ha decidido sobre las conductas individuales en función del colectivo, que es lo propio del mundo devenido en República o Estado, y que comulga con la filosofía del derecho, donde cada quien se merece para progresar en colectividad en la medida de sus esfuerzo productivo, un lugar donde vivir y los recursos propios para su desenvolvimiento, tanto cotidiano como para el porvenir. En otras palabras, debe disfrutar el fruto de sus esfuerzos y con ello las riquezas que de ellos provenga.
Los fariseos socialistas de la revolución del siglo XXI, creen que poseen la verdad, y atacan a todo aquel que disienta de sus interpretaciones de las leyes y la Constitución, que solo defienden a capa y espada la realidad que construyen con mentiras y deseos de venganza, mas no la verdad de la causa de sus errores y caprichos; que es el problema. Estos fariseos creen que los motiva la justicia. Pero, la venganza y la codicia está detrás de cada una de sus acciones y contiendas, dizque en nombre del pueblo. En Venezuela son los antiguos o descendientes de los insurgentes, subversivos, terroristas izquierdistas y traidores a la democracia de la política del siglo XX-XXI.
La calamidad que estamos padeciendo en escasez, terror delincuencial y de Estado, la purga de escuálidos en cargos públicos, no necesita que nadie la defienda ni justifique, sino al contrario, que se ataque con el referendo revocatorio que es la verdad de la ley que nos ampara constitucionalmente y que irónicamente, defendió hasta saciar, el Arañero de Sabaneta.