Los faros de Puerto Rico

Puesta del sol en Cabo Rojo. (Fotos: EFE)

El más conocido de todos los faros es el del casco histórico del Viejo San Juan de la capital, que forma parte del conjunto del Castillo San Felipe del Morro

La década de los años 20 del siglo XIX fue el punto de partida para la puesta en marcha de una serie de proyectos de infraestructuras que incluyó la construcción de carreteras, mejora de puertos, el establecimiento de líneas de telégrafo y la creación de una red de alumbrado marítimo que dio paso a los 15 faros de la isla de Puerto Rico.

El más conocido de todos los faros es el del casco histórico del Viejo San Juan de la capital, que forma parte del conjunto del Castillo San Felipe del Morro. La fortificación española del siglo XVI, construida en el extremo norte del islote de San Juan, tiene una altura de 57 metros y contaba inicialmente con cinco reflectores. El deterioro sufrido hizo necesaria dos intervenciones, una en 1860 y otra en 1908.

El faro cambió de aceite a vapor incandescente y fue electrificado en 1915, tiene visibilidad desde una distancia de 40 kilómetros y su lámpara posee una potencia de 120 voltios. Cuenta además con un sistema contra apagones, que permite mantenerlo encendido aunque se produzcan averías. El de San Felipe del Morro es el faro más antiguo todavía en funcionamiento y sirve de referencia entre el Cabo de San Juan y las localidades del norte de Puerto Rico de Fajardo, al este, y Arecibo, al oeste, ambas con reconocidos faros también. 

El de Aguadilla, en el extremo noroeste de Puerto Rico y conocido como el de Punta Borinquen, fue inaugurado en septiembre de 1889, pero lo destruyó un terremoto entrado el siglo XX y su estructura actual data de 1922. Posee una altura de casi 20 metros y fue levantado en su última versión por la Guardia Costera de Estados Unidos, aunque respetando el modelo de la antigua construcción española. 

En dirección al este se encuentra el Faro de Arecibo, construido en 1898, que inicialmente fue una torre hexagonal y con un foco capaz de alumbrar a más de 25 kilómetros. También conocido como el de "los Morrillos", fue el último construido por los españoles, en estilo neoclásico de forma rectangular de 12 metros de ancho por 25 de largo. Sobre la torre descansa una cúpula en bronce y dentro de esta una luminaria la cual aún está en uso y cuenta con un lente de 190 milímetros que gira cada cinco segundos. 

Belleza paisajística

El Faro de Cabo Rojo se encuentra en un punto aislado cerca de la playa del Combate, de gran belleza paisajística y alto valor ecológico. Es uno de los lugares más pintorescos de Puerto Rico y fue construido en 1882 por las autoridades españolas. En 1981 fue incluido en el Registro Nacional de Lugares Históricos del Departamento del Interior de los Estados Unidos por el valor de la construcción, cuyo sistema de iluminación original fue traído de Europa.

Otro de los faros de referencia es el de las Cabezas de San Juan de Fajardo, en la punta noreste de la isla. Construido en 1880, el edificio sufrió daños durante la Guerra Hispanoamericana. Parte de la Reserva Natural de las Cabezas de San Juan se encuentra junto a bahía de bioluminiscencia de Fajardo, famosa por su iluminación durante la noche gracias a la presencia de organismos vivos en el agua, un lugar visitado cada año por miles de turistas. 

Luz por todos lados

Las autoridades españolas pusieron en marcha, en 1840, un inventario de los puertos que concluiría en 1869 con la publicación de un plan que incluyó el número de faros a edificarse y sus características, antesala de la construcción de los 15 que hoy, más de un siglo después, son seña de identidad de Puerto Rico.

 

 

 

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