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Con su teléfono celular en mano, Juan camina por las calles de Veritas y busca alguna alternativa de traslado ante el “trancón”. A su paso ve árboles, escombros, automóviles, camiones y personas que permanecen en la vía e impiden el paso vehicular. Durante su trayecto, además de los manifestantes que dan vida a las protestas, también logra apreciar cómo un grupo de funcionarios arremete contra unos jóvenes sin remordimiento y piedad.
De una u otra manera, el marabino de 40 años logra registrar en su móvil lo que en la calle pasa y a falta de periodistas en el lugar, su testimonio inédito comienza a circular por las redes sociales (RSS). La noticia se hace viral, textos, imágenes, videos y audios del momento inundan la red e incluso medios de comunicación se atreven a replicar.
Desde el 30 de junio de 2010 se celebra el Día Mundial de las Redes Sociales para rendir homenaje a este fenómeno cultural y digital y reconocer su impacto en la sociedad. Luis Carlos Díaz, especialista en redes, explica que los mensajes expresados por estas vías tienen influencias en los demás y colocan el poder en manos de la gente.
Tejiendo la red
Su importancia, en un contexto como el venezolano, es que permite a las personas tener espacios autónomos y descentralizados, donde la gente puede llegar a acuerdos, informarse, informar, construir opinión pública de manera acelerada y facilitar sus movilizaciones sociales en un espacio de poder ciudadano tangible y real que beneficia la inteligencia colectiva.
El infociudadano, “protagonista principal de nuestra historia”, representa una dimensión de la ciudadanía, actúa bajo su propia agenda e impacta a la opinión pública. “Es novedoso porque dentro de la libertad de expresión vemos a sujetos activos en el hecho informativo y cada uno de nosotros ocupa un espacio privilegiado. Podemos ser testigos de algo importante que más nadie puede contar, por lo que debemos protegernos conjuntamente para que no hayan bloqueos sobre los eventos que ocurren todos los días”, acotó Díaz.
La irresponsabilidad en estos espacios pasa factura y es que a pesar de que las personas pueden opinar, mentir o replicar, este comportamiento genera pérdida de reputación, seguidores y devalúo de la imagen pública, a diferencia de quien “aprende a comportarse” e informa de manera verificada, verificable y a tiempo ganando influencia.
Espacio público
Por su dinamismo y plataforma, las redes son un espacio que la “misma” ciudadanía debe regular. Cada quien decide qué cuentas seguir, cuáles son fiables y quiénes viven de rumores, así como permitir si el sesgo político e ideológico se convierte en un filtro que impida ver la realidad.
Vencer la censura se hace “cuesta arriba” y la construcción de información propia de calidad y verificada es uno de los primeros pasos para sortearla. Las redes no tienen un manual de instrucciones, pero existen “restricciones” con respecto a contenidos que propician el discurso de odio, persecuciones, hostigamientos o amenazas de muerte, al igual que las condenas que recaen sobre las personas por su manera de pensar, religión, sexo o acción.
Sobre los señalamientos gubernamentales de que existe un dueño de Twitter en Venezuela, el especialista reiteró que es falso y ni siquiera una oficina se encuentra dentro del territorio. “El bloqueo de las cuentas es porque utilizan aplicaciones tramposas para hacer RT automático y son sancionados por la empresa al violar las normas”, refirió. Los bloqueos, persecuciones y detenciones por el uso de las RSS vienen ejecutándose desde 2010.
Para Juan, ninguna situación o evento pasa por alto y aunque no tenga grandes conocimientos digitales se define como un ciudadano que genera y se nutre de la información, porque “las redes sociales son parte de la evolución que permiten organizarse y adquirir conocimientos en cualquier dimensión”.
¿Qué son las redes sociales?
Son plataformas de publicación de contenido que permiten al usuario hacer público fotos, audios, textos y videos, sin necesidad de pagar, saber de informática o diseñar páginas web, además, cualquier persona puede producir contenido y hacerlo público, lo que permite tener un espacio propio con sus contenidos y comunidades.
Poder ciudadano
Un infociudadano es una persona que consume y produce información de manera independiente con una lógica que antes no tenía, al poseer en la actualidad herramientas a la mano y la posibilidad de tener un espacio digital. No se les llama periodistas ciudadanos porque no necesariamente están haciendo periodismo, sino generando contenidos a través de un relato personal sin estar procesado.