“Los jefes de las bandas nos retan”

Las bandas y sub-bandas están completamente identificadas, al igual que el componente que la integran.  A través de un estudio minucioso basado en el análisis y evolución de dichas organizaciones criminales, reconocen el modus operandi y las zonas abordadas por el delito

Manuel Manrique, jefe de Polibaralt, tiene en sus manos, en conjunto con los jefes del resto de los cuerpos policiales, la ardua tarea de desarticular las bandas criminales que se dedican al robo y hurto de material petrolero y vehículos, sicariato, extorsión, tráfico de estupefacientes y cobro de vacunas en la zona sur de la Costa Oriental del Lago. En retaliación al deceso de docenas de sus miembros, el “Cagón, los “Cáscaras”, el “Barrigón”, los “Valencianos”, los “Viatas”, el “Zancudo”  y el “Renacer del Memo” asesinan a vecinos.

La última víctima fue José Álvarez Meléndez (31), a quien asesinaron a puñaladas y colgaron del techo del autolavado Adonay, en el sector Concesión Siete, zona rural de Baralt. Sus asesinos escribieron un manuscrito y pegaron la hoja en uno de los brazos del cadáver. La “Porra”, quien firma la misiva, amenaza con sacar de sus casas y hasta de sus trabajos a quienes colaboren con la Policía.

“Los jefes de las bandas nos retan. Es una campaña que viene con una descalificación hacía los funcionarios, puesto que aseguran que los policías están incursos en las mafias, y por ende la población que se convierte en víctima de extorsión y estos no denuncian”.

A su juicio, la reacción de los líderes de las organizaciones criminales se debe al abordaje activo de los cuerpos de seguridad promueven más respuesta y se reforzará hasta erradicar las bandas. 

“Es un ataque. Andan desesperados. Son muchachos de la misma zona con conductas delictivas en ascenso, y que adicional, cuentan con un grupo de asesores que se han encargado de hacer campañas en las redes sociales, en algunos medios de comunicación e incluso denuncias formales ante el Ministerio Público como una manera técnica dilatoria para repeler la acción policial”.

En febrero, también en la parroquia Marcelino Briceño, decapitaron a Deixo José Gutiérrez Valera (21) y guardaron su cabeza en su estómago. Su cadáver lo hallaron en una zona enmontada del sector El Acueducto.  

Al igual que Álvarez, los criminales sacaron a la fuerza a Deixo de su vivienda, sus familiares presenciaron cómo lo golpeaban y no pudieron intervenir para rescatarlo. Denunciaron el rapto a los cuerpos de seguridad, pero los delincuentes actuaron más rápido que los policías, y los ajusticiaron.

Hipótesis

Para el jefe policial, los crímenes están concatenados con la extorsión. Considera que quien paga vacuna se convierte en delincuente. “Por cada vacuna que paguen están matando a un policía, a una familia, están armando y consolidando las bandas. Pasan a ser peores delincuentes que el mismo extorsionador porque están financiando el delito”. Hace dos semanas circuló por las redes sociales que a un supervisor jefe del Cuerpo de Policías del Estado Zulia en Baralt lo cambiaron luego que los líderes de las bandas “pidieran su cabeza”.

Las bandas y sub-bandas están completamente identificadas, al igual que el componente que la integran.  A través de un estudio minucioso basado en el análisis y evolución de dichas organizaciones criminales, reconocen el modus operandi y las zonas abordadas por el delito.

Las más sonadas en Baralt son: el “Cagón, los “Cáscaras”, el “Barrigón”, los “Valencianos”, los “Viatas”, el “Zancudo”  y el “Renacer del Memo”. Operan entre Trujillo y los municipios Baralt y Valmore Rodríguez de Zulia.  Todas están equipadas con armas y municiones de alto calibre.  “Humillan y asedian al productor y propietario de las fincas para que vendan a costos mínimos el inmueble y éstos se encargan de comprarla. Hay un cerebro detrás de la ejecución del delito y eso hay que exterminarlo”.

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