Al menos mil personas partieron desde la Vereda del Lago para cumplir con el recorrido de cinco kilómetros. En la llegada ofrecieron bailoterapias, frutas e inflables para los niños
Vivacidad y alegría desbordaron en la Tercera Caminata Familiar Marista. Hoy a las 6.00 de la mañana cerca de mil alumnos, exalumnos, profesores e invitados iniciaron el recorrido desde la Vereda de Lago, cruzaron la avenida 5 de Julio y la avenida Santa Rita hasta llegar a las instalaciones del Colegio Nuestra Señora de Chiquinquirá, mejor conocido como Los Maristas.
El trayecto constó de cinco kilómetros, que los representantes junto con sus hijos y mascotas cumplieron con entusiasmo recordando el sentido de hermandad mariano que los unió en la casa de estudios.
Rosa Romero, docente y exalumna, comentó que el propósito de la caminata es retomar los espacios de la ciudad para liberarse por un momento de las preocupaciones que los agobian a diario. “Estamos celebrando en familia, promoviendo el encuentro y reencuentro de los antiguos estudiantes porque la misma familia lo pide”.
Caminata
La actividad se realizó en el marco de los 200 años de la Fundación Mundial de la Congregación Maristas y de los 92 años de la institución en Maracaibo, que fue la primera en ser fundada por los Maristas en Venezuela.
A Carlos Piña Hora, estudiante de tercer año de bachillerato, le llevó hora y media llegar a la meta. Mencionó que aunque este año notó que disminuyeron la cantidad de asistentes, el ambiente fue de felicidad y entusiasmo.
La actividad contó con el apoyo de los cuerpos de seguridad, puntos de hidratación y una unidad de salud integral para atender los incidentes. En la llegada los participantes recibieron un refrigerio, clases de bailoterapia, inflables para el entretenimiento de los pequeños y una clase especial de zumba.
José Luis Pérez, abogado y exalumno del colegio San Pablo de Machiques, aseguró que la caminata es una oportunidad “extraordinaria” para reencontrarse con los amigos, compartir en familia, mejorar la condición física y recordar los principios inculcados por los Maristas: tener una vida dedicada a Dios y a la familia.