Los ñángaras y la universidad

Desde el 23 de enero de 1958 cuando el pueblo derroca al dictador Marcos Pérez Jiménez, comienzan a darse los albores de una auténtica democracia y la sociedad venezolana recibe esas albricias con un anhelo de libertad, de paz y con el desarrollo en tiempo y espacio de un verdadero Estado de Derecho

Sin embargo, los ñángaras, empiezan a  atentar contra los valores del incipiente Gobierno; a través de la violencia urbana y rural pretendieron darle un verdadero golpe, tomando como símil la revolución cubana.  Aprovecharon la autonomía funcional de las universidades nacionales para realizar, dentro de ellas, actividades políticas y conspirativas. Los ñángaras, defendían de los gobiernos de turno, la autonomía universitaria; llegaron a ser profesores, empleados, obreros y en esa misma dinámica participativa, se constituyeron en dirigentes, lograron el control siendo: rectores, vicerrectores, secretario, decanos y todos los demás cargos.

A pesar de la preeminencia de los ñángaras en el poder, la pluralidad política siempre fue auténtica, ¡no le permitimos otra cosa! Jamás se pretendió modificar el funcionamiento universitario, los gobiernos nunca le negaron los recursos; de allí que las universidades venezolanas se convirtieron en paladines formativos del recurso humano que se necesitaba para el desarrollo integral del país. Los sueldos de los universitarios en los años 70, 80 y 90 eran de los mejores del continente, sino el mejor.

Con la llegada del comandante, las cosas comenzaron a cambiar; a él no le gusta la universidad autónoma, quiere la sumisión y el entreguismo. Comienza, como táctica el ataque a sus dirigentes; los gremios serán aniquilados; el ahogo presupuestario para que pierdan su esencia de gestión; los sueldos pasan a ser de hambre, miserables.

El heredero y los ñángaras, son enemigos viscerales de aquella donde se formaron estos últimos, que les dio la oportunidad de supervivencia y de calidad de vida para ellos y su familia; del primero no podemos esperar nada. En LUZ los derrotamos en todos los terrenos y les enseñamos que en una democracia lo protagónico es la diversidad de pensamiento. 

¡Ñángaras¡ Los universitarios, defenderemos la autonomía, lucharemos por sueldos dignos para todos, y no aceptaremos, que dejen de cumplir con la calidad debida en la formación del futuro de la patria. Derrotaremos nuevamente a los ñángaras para que sean serios y se organicen.