Algunos
En el centro de Maracaibo se pueden observar puestos de verduras, ropa, parrillas y accesorios. Sin embargo, aun cuando enero casi se termina, los disfraces para Carnaval no están tan visibles. Altos precios, poca demanda y falta de interés son algunos de los motivos que aseguran tener los padres, para descartar un disfraz del hombre Araña, el Zorro, Batman o Frozen.
María Hernández, residente de la parroquia Venancio Pulgar señala que se “perdió la tradición”. Mientras se cubre del sol en un tarantín, comenta: “Tengo un solo niño y le voy a poner el disfraz del año pasado. He preguntado por uno nuevo y el más barato cuesta 15 mil bolívares. Y las telas para hacerle otro también están caras”.
Muchos comerciantes optaron por no vender la mercancía este año por sus altos costos. Al mayor, un disfraz tiene un valor de 13 mil bolívares. Mónica Serrano se encarga de un puesto en el centro comercial La Redoma y dice tener algunos disfraces desde el lunes. “Las personas preguntan y se asombran pero nadie compra. La mercancía que tenemos es la que nos quedó del año pasado y no pensamos adquirir nada nuevo. Los precios pueden rondar entre los 16 mil y 40 mil bolívares”.
Sin chance
A pesar de que los niños sueñan con imitar a sus superhéroes, la realidad dista de la ficción. Yeni Montero, residente de Cecilio Acosta, es tajante al afirmar que no podrá comprar un nuevo disfraz. “Ni siquiera he preguntado. Tengo un niño pequeño y tendré que usar los que tenían sus hermanos mayores”.
Los vendedores que decidieron arriesgarse a comprar la mercancía, esperan tenerla en sus vitrinas a partir de la próxima semana. Ingrid Medina, encargada de una tienda en el centro comercial Ciudad Chinita, recibe un pedido que hizo el año pasado. “Las cosas apenas están llegando y las personas preguntan. No sabemos si vamos a vender algo porque la gente prefiere comer antes que comprar un disfraz. Los más baratos cuestan 19 mil. Si no hubo diciembre, menos Carnaval”.
Los casos varían y, mientras algunos podrán vestir para Carnaval lo mismo del año pasado, otros no tendrán nada que exhibir. Yoleida Aranguren, vecina del barrio El Mamón, es madre de dos pequeños y dentro de sus planes, estas fiestas no son prioridad. “Todo está muy caro y tendría que disponer de al menos 20 mil bolívares para comprar un solo disfraz. He preguntado pero no es prioridad. El año pasado les compré a los dos, pero ya no les quedan y no tendré nada que ponerle”.
Padres y familiares continúan su rutina normal pasando por alto el 27 y 28 de febrero (días de Carnaval). Las prioridades son la compra de comida y productos de aseo personal, mientras que la ilusión de los niños por transformarse al menos un día en sus superhéroes queda en sueños que los precios se encargan de esfumar.
43 mil bolívares puede llegar a costar un disfraz de Frozen
Ingrid Medina (Encargada). “Las personas por falta de dinero recurrirán a disfraces con material reciclado”