Ayer se unieron en matrimonio el príncipe Enrique y la actriz estadounidense Meghan Markle. La llamada boda real paralizó no solo a Inglaterra, sino a todo el mundo. Celebridades y lo más alto de la realeza inglesa acudieron al evento del año
Luego de su unión en sagrado matrimonio, el príncipe Enrique (o Harry, como se le conoce informalmente) y la actriz Meghan Markle salieron de la capilla de San Jorge, ubicada en el castillo de Windsor, como los nuevos duques de Sussex, título que la reina Isabel le ha otorgado a los ahora esposos. Este título es uno de los pocos que aún estaba vacante, y su origen se remonta a 1801, cuando el entonces rey Jorge III (1738-1820) otorgó el ducado de Sussex a su hijo Augusto (uno de sus 15 hijos). Además del ducado, la soberana británica ha decidido conceder a su nieto los títulos de conde de Dumbarton y barón Kilkeel.
Cuando Guillermo se casó con Kate Middleton la reina les regaló el título de duques de Cambridge. Una vez que Enrique y Meghan tengan hijos estos podrán usar también el ducado de tal manera que podrán unirlo a su nombre.
Ya unidos ante Dios, la pareja se establecerá en Nottingham Cottage, residencia actual del príncipe Harry en la capital británica. Esta sencilla vivienda forma parte del histórico Kensington Palace. 125 metros repartidos en dos habitaciones, con living, comedor y un pequeño jardín, sin lujos ni grandes pretensiones, así es el nuevo hogar de los recién casados.
La boda real
El día de la gran boda real del año finalmente llegó. No solo Inglaterra, sino todo el mundo se paralizó para ser testigos de la unión de uno de los hijos de la princesa Diana, y la actriz Meghan Markle. La entrada de la novia, de 36 años, a la capilla de San Jorge del castillo de Windsor fue espectacular, con un vestido blanco (de la firma Givency) y velo sujeto por una tiara de diamantes. La prometida entró sola en la capilla acompañada por diez niños que hacían de damas de honor y pajes, entre ellos Jorge y Carlota, hijos de los duques de Cambridge. Hasta que su suegro, el príncipe Carlos, heredero al trono y en ausencia del padre de la novia, la tomó del brazo para conducirla hasta el altar. Mientras que el novio, de 33 años llegó a la capilla acompañado por su hermano, el duque de Cambridge, que fue padrino y el encargado de llevar a los anillos que se intercambió la pareja en uno de los momentos más emotivos.
La ceremonia tuvo un variado acompañamiento musical, incluyó góspel y una pieza para violonchelo, en una iglesia decorada con rosas blancas, peonías y dedaleras, de lo que se encargó la florista Philippa Craddock.
Todos fueron testigos
Luego de los actos religiosos, se hizo un recorrido en carroza por los lugares destacados de la villa de Windsor, decorados para la ocasión y donde fueron aclamados por las multitudes, entre ellas, por los apasionados que durmieron estos días en la calle. Muy sonrientes, los ya duques de Sussex saludaron a la gente que les vitoreaba al paso de su carroza, tirada por cuatro caballos blancos y escoltada por un destacamento del regimiento de caballería de la Guardia Real.
Por todo lo alto
Al enlace acudieron como invitadas dos mil 640 personas, entre las que no figuraba ningún político en activo, pero sí mil 200 "ciudadanos de a pie" procedentes de todos los rincones del Reino Unido. La pareja no tuvo una, sino dos recepciones, para celebrar su unión, una para los invitados y otra para familiares y amigos más allegados, con un menú de canapés y pequeños platos, y una tarta de limón y saúco.
Cerca de 120 mil personas se congregaron para ver de cerca la boda en Windsor, al sudeste de Inglaterra, junto con cinco mil periodistas de todo el mundo y 79 medios internacionales que cubrieron el compromiso matrimonial.
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