La obediencia de los pueblos

La Boétie se encontraba bien posicionado para observar a la sociedad a su alrededor. En aquel entonces Francia era gobernada con mano fuerte por el rey Francisco I

Étienne de La Boétie, escritor y político francés, precursor de la resistencia no violenta y de la desobediencia civil, fue un observador perspicaz de las demandas concurrentes sobre la obediencia del pueblo y de cuando, finalmente, los individuos se rebelaban. Siempre se preguntaba por qué los gobiernos parecían ser capaces de hacer cualquier cosa que desearan, sin importar cuan tiránica ella fuese. Si él viviera en Venezuela en esta época podría constatar de primera mano la certeza de sus teorías.

La Boétie se encontraba bien posicionado para observar a la sociedad a su alrededor. En aquel entonces Francia era gobernada con mano fuerte por el rey Francisco I. Debido a la incapacidad del gobernante y sus acólitos, el hambre era algo tan común que las personas tallaban cruces sobre el pan recién salido del horno para simbolizar la santidad e importancia de la comida. Algunos representantes del actual régimen venezolano deben haber viajado a través del tiempo, pero en reversa, porque las barrabasadas que cometen con el suministro y precio de la harina, hacen que el valor del pan se multiplique hasta el infinito. 

La aparición de la imprenta hizo que la obediencia fuera más difícil de aplicar porque esta puso a disposición del ciudadano común las opiniones disidentes. A medida que las publicaciones se difundían, también lo hicieron los intentos de censura. El tirano Francisco tenía temor a los manifestantes y sus opiniones eran distintas a las del general Escipión el Africano,  quien  prefería salvar la vida a un solo ciudadano que derrotar cien enemigos. 

Dice La Boétie que los tiranos caen dentro de tres categorías: aquellos elegidos para mandar; aquellos que heredaron el poder; y aquellos que lo detentaban por la fuerza.  Se rehusaba a darle importancia a los medios por los cuales los tiranos alcanzaban el poder debido a que su método de gobierno parecía ser el mismo.  Le interesaba particularmente la psicología de los gobernantes elegidos, quienes una vez en el poder "manipulan para nunca salir de él". 

Maduro tiene las cárceles llenas de opositores y quiere una "constituyente comunal" a fin de introducir la pena máxima para así alcanzar "la paz".  El truco en la edad antigua consistía en: generar por distintos medios, el consentimiento futuro del pueblo a efectos de asegurar su continuidad en el poder. Por aquellos tiempos no se habían inventado las bolsas del CLAP y las becas, entre muchos otros artificios, que hoy garantizan la permanencia en el poder.

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