La academia debe estar unida y consciente del papel que juega en esta particular coyuntura. Seguimos adelante por la universidad que todos amamos, a pesar de las dificultades y teniendo fe de que luego de las nubes, sale el Sol
No hay palabras para explicar cuán conmovedor es ver a Rocío madrugar un día más, en su dura realidad de estudiante foránea y con el poco dinero en efectivo disponible, tomar nuevamente un transporte que la lleve hasta la Facultad de Medicina, en donde permanecerá el día entero con la firme intención de cumplir su sueño de ser médico cirujano, a veces sin saber si sus padres, quienes la ayudan en la distancia, se alimentan correctamente en medio de la situación que afecta a los sectores de la sociedad.
Como ella, me ha tocado ver a muchos de nuestros estudiantes e incluso a los miembros del personal docente, administrativo y obrero de LUZ que, sin doblegarse ante las circunstancias, mantienen a la institución en funcionamiento.
Así es el esfuerzo de los universitarios, el que conserva nuestras puertas abiertas, las que se reabrieron hace 71 años, justamente por los ideales democráticos, pluralistas y de amor al conocimiento del Doctor Jesús Enrique Lossada, artífice de su reapertura.
La academia debe estar unida y consciente del papel que juega en esta particular coyuntura, respondiendo ante las necesidades de toda su comunidad, pero sin perder los objetivos que van más allá de graduar profesionales útiles para el país: Venezuela se debe construir con conocimiento, trabajo y estudio; exige respuestas innovadoras ante la crisis, que no serán nada sin ese sentido de pertenencia que nos hace recordar de dónde venimos y todo lo que LUZ nos ha dado y seguirá dando.
¿Qué podría decirle a nuestros estudiantes en esta dura situación? Mi respuesta la enfoco en una frase del periodista estadounidense David Brinkley: “Un hombre exitoso es el que es capaz de asentar una base con los ladrillos que otros le han tirado”. Vivimos sus retos y sus éxitos. Seguimos adelante por la universidad que todos amamos, a pesar de las dificultades y teniendo fe de que luego de las nubes, sale el Sol.