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El presidente de Francia, Emmanuel Macron, lanzó este jueves 2 de noviembre una profunda reforma de la Legión de Honor, la máxima distinción del país, con una reducción drástica en las próximas promociones de condecorados y una vuelta al mérito como único criterio.
Al llegar al cargo en mayo Macron ya avanzó su intención de poner orden en ese reconocimiento, creado por Napoleón en 1802, y el Consejo de Ministros materializó hoy ese deseo con la aprobación de un cambio en su normativa.
Entre el próximo 1 de enero y el 31 de diciembre de 2020, según anunció el portavoz gubernamental, Christophe Castaner, habrá un recorte del 50 % en el número de civiles condecorados, del 10 % en el caso de los militares y del 25 % en el de los extranjeros.
Su atribución responderá a criterios más estrictos para volver a la esencia de esa distinción simbólica, que recompensa el compromiso de los ciudadanos al servicio de la nación o el trabajo de los extranjeros en favor de las relaciones bilaterales.
Las críticas surgidas contra algunos distinguidos, entre quienes se encuentra el productor estadounidense Harvey Weinstein, envuelto ahora en un escándalo por abuso y acoso sexual, vulneran según las autoridades la fuerza de esta distinción y hacen necesario incrementar los requisitos para minimizar las polémicas.
“Le Figaro” recordó hoy que no es la primera vez que un presidente quiere dejar su sello en esta condecoración: el general Charles de Gaulle la abrió a medallistas de oro en los Juegos Olímpicos, Valéry Giscard d’Estaing pidió que hubiera más mujeres, Nicolas Sarkozy impuso la paridad y François Hollande insistió en la diversidad.
Pero ningún mandatario había apostado antes por una reducción drástica, con el mérito como único criterio de selección, que respete los valores republicanos, no haga distinción entre origen social, jerarquía profesional y sexo y tenga más en cuenta a las nuevas generaciones.
Hollande impuso una media de 3.444 al año durante su quinquenio, Sarkozy 3.461 y François Mitterrand 3.452, una cifra que en el caso de Giscard d’Estaing se elevó a 4.600.
Entre los condecorados figuran el escritor Victor Hugo, el pintor y escultor Auguste Rodin, el escritor colombiano Gabriel García Márquez, el economista Jean Tirole o el premio Nobel de Medicina Alexander Fleming.
La nueva doctrina, según los medios, amenaza con sentar mal a ciertas categorías de personalidades en las que la atribución era prácticamente automática, como los antiguos ministros o los exembajadores.
Pero, según destacó hoy Castaner, los condecorados son “embajadores de Francia en el mundo” o reflejo de la vitalidad de los vínculos del país con sus socios extranjeros, por lo que su prestigio depende de la calidad de sus miembros y por ello hay que usarla “con el mayor cuidado”.