Maduro
A propósito de la declaratoria de abandono de cargo de Nicolás Maduro, en su condición de Presidente de la República, aprobada por la Asamblea Nacional de Venezuela el pasado lunes 9 de enero, tras lo cual el Consejo Nacional Electoral debió proceder a convocar elecciones presidenciales para elegir un nuevo Presidente, debemos precisar algunos conceptos.
El más desprevenido se da cuenta perfectamente, que ciertamente el organismo parlamentario actuó ajustado a lo que dicta la Constitución en su artículo 233: “Serán faltas absolutas del Presidente o Presidenta de la República: su muerte, su renuncia, o su destitución decretada por sentencia del TSJ; su incapacidad física o mental permanente certificada por una junta médica designada por el TSJ y con aprobación de la Asamblea Nacional; el abandono del cargo, declarado como tal por la Asamblea Nacional, así como la revocación popular de su mandato”.
El destacado abogado y político, Henry Ramos Allup, dio a conocer ese día el concepto de abandono como lo define el Diccionario de la Real Academia de la Lengua, la cual sin duda es pertinente en el caso aplicado a Nicolás Maduro.
La declaración de abandono de cargo es competencia exclusiva de la Asamblea Nacional. Pero está claro que Maduro abandonó el cargo al hacer que con sus políticas equivocadas dos terceras partes de la nación estén pasando hambre pareja y muriendo de mengua en los hospitales por falta de medicinas y suministros médicos que garanticen el derecho a la salud y a la vida, consagradas en la Constitución de la República.
Maduro abandonó el cargo al desatender su gobierno, las labores de mantenimiento de la infraestructura de servicios públicos del país, así como la falta de inversión en servicios tan fundamentales como la electricidad, el agua potable, llevando a colapsar estos dos importantes servicios con los consiguientes daños a los ciudadanos a quienes está obligado a servir.
Maduro abandonó la seguridad de las personas y sus bienes, convirtiendo a Venezuela en el país más inseguro del continente americano.
Maduro abandonó a la misma Constitución al violarla a su antojo y convirtiéndola en un trapo sucio que solamente utiliza cuando le conviene, para acusar a la oposición democrática de violentar el texto legal que no es otra cosa que el mecanismo de proyección que utiliza el mandatario. Maduro abandonó todo y por lo tanto está fuera del Gobierno, y el Consejo Nacional Electoral violó la Constitución al no convocar las elecciones según lo pauta la Constitución.