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Nicolás Maduro, ese que le robó las elecciones a Henrique Capriles, con el apoyo de las tracaleras del Consejo Nacional ElectoraL (CNE) y los forajidos de la FAN, cree y está seguro de ello, que eso es la piedra angular para hacer lo que le dé su real gana, para institucionalizar el comunismo como ideología del régimen y del país. El engendro, es un títere del gobierno cubano y estoy convencido, inequívocamente, que el comandante eternamente enterrado -le ocurrió lo mismo de Cienfuegos y el Ché- fue engañado en su buena fe por la inteligencia cubana en su lecho de enfermo. Es tanta su macabra intencionalidad de satisfacer los deseos castristas que no tiene escrúpulos para tal fin; reta a todo aquello que signifique oposición y amenaza con exterminarlos de la faz de la tierra por cualquier vía y lo está llevando a cabo.
El problema del engendro, es que va a tener que convertir estadios en cárceles y avenidas en cementerios para poder imponerse; el pueblo está harto del régimen: inseguridad, desabastecimiento de alimento y medicinas, apagones, racionamiento irregular del agua, inflación, desempleo, salarios de hambre, miseria generalizada, ausencia de un verdadero Estado de derecho para todos, corrupción y narcotráfico; que se resume, en muerte.
Ante el crecimiento actual de la sociedad opositora al régimen, intentan caminos turbios y violentos para aplacar las ínfulas de libertad y patriotismo del pueblo venezolano; conllevando a situaciones de omisión de normas constitucionales, suspender garantías constitucionales vitales para la vida ciudadana y la suspensión de las elecciones de una vez por todas; de allí la salida de la juventud y de todo el pueblo a las calles, con valentía y coraje para enfrentar a los delincuentes comunistas: el régimen, el PSUV, la FAN y los asalariados y asesinos llamados colectivos.
El pueblo jamás aceptará imposiciones ideológicas; el poder debe sujetarse a un “pacto social”, sobre todo, como llegar y mantenerse en el poder y respeto supremo a los derechos humanos. Si el régimen continúa planteando “el comunismo” como parte de la integralidad del Estado, pide a gritos una “sampablera”. La única oportunidad que tiene Maduro es su renuncia; pero eso no existe en la mente de los comunistas. Entonces, el camino que nos queda es la calle; correrá mucha sangre, los colectivos con el apoyo de la FAN seguirán asesinando y como se perdió el miedo, esperaremos allí hasta que el engendro huya del país.