El régimen de Nicolás Maduro se pone cada vez más nervioso, de saber que irremediablemente sus aliados comunistas perderán las elecciones
Cuando faltan escasamente unos 41 días para las elecciones parlamentarias del 6-D, se acrecienta más la brecha entre los factores de la MUD, ampliamente favorecida en las encuestas de opinión pública y en las calles también, y las fuerzas gubernamentales reunidas en lo que han llamado el polo patriótico, disminuidas considerablemente en cuanto a los afectos de las grandes mayorías del pueblo venezolano.
Pero en la misma medida que se va desarrollando este proceso de decantación de las preferencias electorales, el régimen de Nicolás Maduro se pone cada vez más nervioso, de saber que irremediablemente sus aliados comunistas perderán las elecciones y la oposición sacará una mayoría calificada de diputados para la nueva AN que se instalará el venidero 5 de enero del año 2015.
Este cronista siente mucha preocupación por las acciones que puedan suceder en los próximos días antes de la fecha de las elecciones parlamentarias, promovidas por el régimen y recomendadas con toda seguridad, por los dictadores y asesinos cubanos, los hermanos Fidel y Raúl Castro, en la búsqueda de suspender el proceso eleccionario del 6-D.
El ensayo patriotero con las discusiones limítrofes con Guyana y Colombia no les dio resultado, pero por allí las irritas autoridades del Copei, excluidos de la MUD, acaban de solicitar ante el TSJ la sustitución de 26 candidatos de la MUD y se los asignen a ese partido. Eso es preocupante porque ya sabemos de lo que es capaz el TSJ.
Ojalá que no vayan más allá de estas añagazas y exista gente sensata dentro de la cúpula del chavismo que entiendan que no pueden impedir una decisión mayoritaria de los venezolanos, que ellos llegaron al poder por la vía democrática y el pueblo tiene derecho de sancionarlos electoralmente por la catástrofe que le han causado al país y buscar un cambio.
Saben perfectamente que han hecho mucho daño, que han “puteado” el sistema de justicia y han llevado a la cárcel a líderes políticos, utilizando las leyes como garrote contra la disidencia, y buscarán evitar esa derrota que se percibe, ya no en las encuestas de opinión pública, sino en las calles de Venezuela, de norte a sur y de este a oeste, con millones de venezolanos clamando por un cambio en la manera de conducir los destinos de la República, y conscientes que esa salida está en la elección de una nueva AN con mayoría de la oposición democrática.