Maduro y Santos, obligados a trabajar juntos

Los mandatarios de Venezuela y Colombia acordaron el retorno de sus embajadores y trabajar en normalizar la situación en la frontera

El presidente Nicolás Maduro se vio cara a cara, como pedía, con Juan Manuel Santos, su par colombiano. Se reunieron en Quito por casi cinco horas y luego hablaron a la prensa.

Los mandatarios se sentaron en la misma mesa y aunque hablaron de hermandad, el venezolano estaba en una esquina, el de Bogotá al otro extremo. En medio Tabaré Vásquez, dignatario uruguayo, y Rafael Correa, el anfitrión ecuatoriano. Fue una reunión difícil, dijeron.

Las señales parecieron hablar más que las palabras: las sonrisas de los mediadores contrastaron con las caras largas de sus dos colegas, enfrentados por el conflicto binacional que inició Maduro con el cierre de la frontera común hace más de un mes y agravó la expulsión de colombianos que vivían en el territorio; y el gesto final, cuando posaban ante los camarógrafos, parecía refrendar lo que decían las caras. Los líderes de Uruguay y Ecuador intentaron, sin éxito, acercar las manos del caraqueño y la de Santos. Ambos se alejaron, como negándose.

Pero están obligados a trabajar. Lo reconoció el titular de la Casa de Nariño, quien afirmó que en el encuentro "privó la sensatez". "El tema del narcotráfico es un tema que nos obliga a trabajar juntos (...) El tema del contrabando de combustible se va a tratar en las reuniones con grupos trabajo". 

Y es que acordaron reunirse mañana en Caracas para seguir avanzando en la normalización de las relaciones. Avanzaron en ese sentido, al acordar que el embajador de Bogotá volverá a Caracas, que hará lo propio. "Nos une la lucha contra el contrabando, las bandas criminales y la ilegalidad. Somos países hermanos", destacó Santos.

Reconoció, sin embargo, que hay "dos modelos de país, de desarrollo" que marcan las diferencias, de las que ya le habló al expresidente Hugo Chávez. "Pero podemos respetarnos nuestras diferencias".

Maduro agradeció las gestiones de Tabaré Vásquez y Rafael Correa, quienes se pusieron disposición para rebajar las tensiones apenas comenzó el conflicto.

"Ha sido una reunión muy franca, muy clara (…) en un clima de hermandad", dijo el primer mandatario, quien espera "echar las bases para un nuevo inicio (…) de relaciones de respeto".

El funcionario, como su contraparte, reconoció que "la reunión no estuvo exenta de complejidades", pero afirmó que "no hay cabida para el odio".

Avanzando

El anfitrión inició la jornada leyendo la declaración conjunta que firmaron Caracas y Bogotá. "La progresiva normalización de la frontera", que los equipos ministeriales traten "los temas sensibles" e investigar las denuncias colombianas de violación de su espacio aéreo por parte de militares venezolanos son algunos de los puntos que figuran en el texto de siete acuerdos.

Venezuela y Colombia acordaron, aunque sin un apretón de manos, la "coexistencia de los modelos económicos, políticos y sociales de cada país" y hacer "un llamado al espíritu de hermandad y la unidad, propiciando un clima de mutuo respeto y convivencia", además de "continuar trabajando con el acompañamiento de Ecuador y Uruguay".

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