Son muchas las sillas vacías en las mesas familiares, por lo que los marabinos deben apoyarse en sus seres queridos y en la fe para mostrar respeto por los que ya no están
Daniela Montero creció en medio de una familia muy concurrida. Sus celebraciones de Navidad y Año Nuevo estaban llenas de una gran mesa ocupada de familiares. Pero, con el paso del tiempo esa mesa inmensa se reduce por la ausencia de personas que fallecieron o se fueron del país.
Poco a poco, las sillas vacías y las videollamadas son las protagonistas de las festividades decembrinas de los marabinos. La diáspora gana la batalla. Migrantes parten a todas latitudes para mejorar su calidad de vida.
Montero, en menos de una década, perdió a sus padres y su hermano viajó a Chile. Las fiestas de la temporada las celebra a través de teléfono celular que le permite comunicarse con sus familiares.
Vivir el duelo
Para vivir una ausencia física o por la migración, la psicóloga Carolina Piña (@recordaryamar) recomienda a las personas buscar apoyo en sus creencias de fe y mantenerse en comunicación con vecinos u otras familias que se muestren solidarios o empáticos con la situación de duelo.
La partida física de un ser querido conlleva un duelo muy fuerte para el núcleo familiar cercano, sobre todo por no tenerlo cerca para abrazarlo. Piña aconsejó seguir con las tradiciones y hasta ser creativos a la hora de rendir homenaje a la persona que está ausente.
“Muchas familias dejan una silla y un plato vacío en la mesa para recordar a la persona que no está, vivir el momento y rendirle homenaje”, manifestó.
Daniela Montero manifestó que cuando falleció su padre, junto con su mamá y hermano hicieron todo tal y como le gustaba a su progenitor, pintaron la casa y adornaron la casa.
“A mi papá le gustaba la gaita y ese primer año colocamos mucha gaita en la casa y unidos le rendimos homenaje, lo mismo hice cuando falleció mi mamá siete años después que papá”, dijo.
Francisco Molina, quien perdió a su papá en el 2018, comentó que junto con su mamá y hermana celebraron la Navidad igual como si estuviera allí presente.
“Hay momentos que es inevitable no recordarlos. Hubo un año que arreglándome para celebrar Navidad lo recordé y hasta unas lágrimas me afloraron porque tenía ganas de abrazarlo”, dijo Molina.
Julio Gutiérrez comentó que el primer año de la pérdida de su papá, en su casa colocaron una silla vacía en la mesa. “Para nosotros era muy importante compartir toda la familia en la mesa, por lo que ese primer año honramos su memoria de esa manera”, manifestó.
Presentes, pero ausentes
Las faltas en la mesa navideña a causa de la diáspora tiene varios años sucediendo en el país. Piña explicó que igual sigue siendo un duelo por esas personas que se fueron a otros países.
“Los venezolanos somos muy familiares, y a pesar que estén vivos y en otros países también entristece un poco, ya que la persona no está allí para abrazar y tocar”, dijo.
Las videollamadas se hicieron protagonistas de todas las cenas de Npchebuena y de Fin de Año para poder estar más cerca de sus seres queridos.
Milagros Sánchez manifestó que su hija pasará este año en el vecino país, por lo que a la hora de la cena le harán una videollamada para estar con ella.
La psicóloga Carolina Piña, para este tipo de situación, aconsejó que se debe preguntar a los niños. La creatividad infantil coloca el tono de alegría en estas fiestas.
¿Deseas recibir esta y otras noticias en tu celular? Únete a nuestro grupo de Telegram o WhatsApp a través de los siguientes enlaces: Telegram https://t.me/diariolaverdad y WhatsApp https://bit.ly/3kaCQXh. Además, sigue nuestro perfil en Instagram @diariolaverdad y en Facebook y Twitter @laverdadweb.
diciembre 7, 2024
